La melatonina se está convirtiendo en la gran solución para el insomnio de un gran número de personas, y es muy probable que debido a ello, ahora sean los magnates farmacéuticos los que tengan problemas para dormir.
Esta hormona natural podría representar cuantiosas pérdidas económicas y convertirse así en una amenaza potencial para muchos accionistas, propietarios y directores de grandes consorcios farmacéuticos, quienes empeñados en producir equivalentes sintéticos de sustancias que existen en la naturaleza desde hace milenios, producen somníferos (hipnóticos) para obtener una patente que les otorga el derecho de explotar su invento hasta por 20 años.
El verdadero problema es la farmacodependencia inducida
Aún cuando en la naturaleza ya exista la sustancia terapéutica para curar una enfermedad, la extraen de aquélla y la aíslan en el laboratorio para sintetizarla mediante un proceso químico con el que posteriormente el sistema les permite patentarla, envasarla, etiquetarla y venderla. Y entonces, ¿por qué alterar lo natural, si la naturaleza misma ya nos lo está regalando?: para explotar el mercado de todos aquellos a quienes el sistema logre engañar, con información tendenciosa.
¿Y cómo consiguen un mercado de consumidores desinformados? Pues financiando campañas de mercadotecnia y publicidad. Así funciona la industria farmacéutica ([8], [11]-[18]). El consumidor que compra uno de esos hipnóticos producto de una patente, está contribuyendo no solo a que ese laboratorio recupere lo que invirtió en un proyecto que usó como pretexto para hacer negocio, sino que además le está devolviendo lo que gastó en otros proyectos en los que fracasó. ¿No le parece absurdo este hecho? Estamos ante una situación en la que por decreto, el gobierno, los centros hospitalarios, la industria farmacéutica y sus soldados de bata blanca (el sistema), convienen en tener cautivos a los consumidores sin importar si la droga que se «sacaron de la manga» puede curar o no a una persona. Hemos dado por sentado, o más bien nos han hecho creer que el insomnio es una enfermedad, que es incurable y que hay que estar tomando constantemente alguna droga para vencerlo.
En todo caso, la enfermedad tiene otro nombre y ellos la originaron; se llama dependencia. Si tiene problemas para dormir y todavía no ha caído en la trampa de la industria de los hipnóticos, es decir, si el sistema de salud actual no lo ha convertido en un farmacodependiente, usted podrá dormir tranquilamente sin mayores consideraciones, tomándose una cápsula de melatonina de 5 mg. por las noches, antes de ir a dormir. Y si ésta no fuera suficiente y llegara a despertar a media madrugada, no correrá ningún peligro ni sufrirá ningún efecto secundario si se toma esa misma dosis para regresar a los brazos de Morfeo. Antes solíamos decir «su lechita y a dormir», y a veces se dormía, y a a veces no. Ahora podemos decir, con toda confianza: «su melatonina y a dormir».
Si usted no es un farmacodependiente, eso es todo lo que necesita saber para comenzar a soñar dormido. Yo ya no necesitaría seguir soñando despierto y ambos nos iríamos a dormir con la conciencia limpia, si las cosas fueran así de sencillas. Sin embargo, el problema de este caso y que hemos de resolver con suplementos adicionales, es el de la dependencia inducida por los hipnóticos: un trastorno creado intencionalmente por los fabricantes de este tipo de fármacos para aumentar sus ventas. Así es querido lector, leyó usted bien, la farmacodependencia la promueve el fabricante del producto que usted está probablemente consumiendo ahora, y no es accidental.
El que lo produce tiene licencia para intoxicarlo y lo hace con toda la intención de que usted consuma constantemente «su invento», a fin de que a la hora de multiplicar el número de consumidores por el número de años que han pasado desde que se otorgó la patente, por el total de cajas del somnífero que compra usted al año, y por el precio de cada caja, las ventas asciendan a una cantidad muy por encima de sus gastos; de otra manera, ¿para qué molestarse con tanta «investigación y desarrollo»?
No hay que confundir la dependencia con la adicción
Antes de relatar el caso del insomnio y la ansiedad del Sr. RLM, permítame acalarar dos conceptos que muchas veces confunden a aquellas personas que suelen acudir a la Wikipedia para aclarar sus ideas.
La dependencia y la adicción son dos cosas bien diferentes, en discrepancia con lo que se puede leer de dicha fuente. Tenemos que ser muy cuidadosos cuando consultemos la Internet, sobre todo cuando existe una advertencia del tipo «Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada, como revistas especializadas, monografías…«, como es el caso de la definición de drogodependencia que aparece en el portal de Wikipedia.
Yo mejor consulté la sección editorial de la revista Journal of Orthomolecular Medicine, en su volumen 19, No. 1, del 2004, en donde Abram Hoffer (arriba a su derecha) esclarece muy bien la diferencia entre ambos conceptos. La dependencia, dice él, es la sensación desagradable que el individuo experimenta cuando se ha abstenido de consumir un determinado fármaco y que lo impulsa a reincidir para calmar esa sensación. Es lo que se conoce como síndrome de abstinencia. La adicción se presenta cuando alguien es atraído por el placer que le proporciona una determinada sustancia.
Se dice que quien acostumbra tomar un hipnótico es un dependiente, no un adicto, porque cuando deja de tomarlo (abstinencia), tiene que recurrir a éste para dejar de sentir ansiedad, que es una sensación desagradable que el fabricante del producto pensó reproducir de manera premeditada sobre el consumidor promedio.
Por otro lado, un adicto podría ser un individuo afecto a la marihuana o al azúcar (créame que no hay una gran diferencia), porque ambas sustancias producen una sensación placentera en el cerebro.
Lo mismo sucede con la cafeína y los refrescos embotellados, que para la complacencia de la mayoría de nuestros niños y adolescentes, están repletos de azúcar. Y a propósito de niños, saborizantes y colorantes artificiales… si no quiere que su hijo sea diagnosticado con trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA), mejor no le compre lunetas y demás confitería de muchos colores. Y no lo digo para asustar a nadie, porque de hecho ese trastorno ni siquiera existe; solo lo inventó la Asociación de Psiquiatras Americanos (APA, por sus siglas en inglés) para justificar su existencia. Lo estoy diciendo para que aleje a sus hijos de esa comida chatarra que si bien es cierto los pone muy inquietos, no amerita que sean atados de pies y manos, y forzados a tomar Ritalin, por un psiquiatra de bata blanca graduado en Harvard.
Nuestro caso de estudio
El caso del Sr. RLM consiste en superar tanto el insomnio como la ansiedad que anteriormente se habían estado controlando con media tableta de Clonazepam y media de Paxil, y que ahora se pretenden sustituir por melatonina, magnesio, microdosis de pasiflora y glicina, en un plazo no mayor de 6 meses. El objetivo es dejar de depender del hipnótico (clonazepam) y del Paxil, debido a que el Sr. RLM ha estado tomando somníferos durante mucho tiempo, y a sus 94 años, no es aconsejable subestimar las repercusiones que los efectos secundarios de dichos fármacos pudieran tener sobre su salud. En una entrada posterior, abordaré el otro problema del Sr. RLM, el esófago de Barret, para el que ha estado tomando omeprazol durante más de cinco años, que es un tiempo de administración demasiado largo, a juzgar por algunas de las referencias consultadas ([2],[3] y [4]).
No fue fácil en un principio que el Sr. RLM pudiera adaptarse al nuevo tratamiento natural para inducir un sueño reparador a base de melatonina, pues cuando comenzábamos a reducir las dosis tanto de clonazepam (Rivotril) como de Paxil, se despertaba a eso de las 3 o 4 de la mañana con síndrome de abstinencia (ansiedad). Nos decía que luego de haberse tomado sus píldoras de la noche (una cápsula de 5 mg de melatonina, 1/4 de tableta de clonazepam y otro tanto de Paxil), se dormía; pero que al despertar lo hacía con una sensación de vacío en el estómago muy difícil de explicar. Aunque le recomendamos que tomara una cápsula extra a esas horas de la madrugada (a la que llamamos «la dosis para las urgencias»), ésta no era suficiente para poder conciliar el sueño de nuevo, así que decidimos manejar la ansiedad agregando primero 4 cápsulas de 500 mg de glicina media hora antes del desayuno, y otras cuatro más media hora antes de la cena.
Con el protocolo recién descrito, aunque su ansiedad remitió, el insomnio no. Después de una semana de que su sueño no se regularizara por completo, decidimos agregar a su tratamiento microdosis de pasiflora antes de acostarse. Al momento de estar escribiendo estas líneas, su sueño se ha regularizado y el siguiente paso (durante la próxima semana) será el disminuir más las dosis de ambos fármacos entre una semana y otra, aunque como ya no es posible obtener octavos de esas pastillas (se hacen casi polvo como para poder medirlos), tendremos que administrar un cuarto de pastilla de cada fármaco de manera alternada, para que dicha porción se la tome un día si y el siguiente no… y así sucesivamente. Habrá que ver si al reducir las dosis aún más, responde como se espera.
Cabe señalar que el procedimiento hasta aquí descrito difícilmente es aplicable por igual a todas las personas, pues la evolución del paciente depende mucho de la edad, de sus creencias (efecto placebo y nocebo), del tiempo durante el cual ha estado consumiendo somníferos, en fin, cada paciente responderá y evolucionará de manera diferente. Es por ello que le suplicamos nos contacte antes de comenzar un tratamiento de esta naturaleza por su cuenta, para asegurarnos de que todo vaya bien. Así por ejemplo, en el caso del Sr. RLM hubo semanas en las que tuvimos que regresar a la dosis de la semana inmediata anterior para evitar el síndrome de abstinencia que ya se comentó, a fin de que su organismo fuera adaptándose a las nuevas dosis.
A la fecha el Sr. RLM duerme bien, aunque con altibajos, tomando 1/4 de pastilla de clonazepam un día; 1/4 de Paxil al siguiente día; luego de nuevo 1/4 de clonazepam al otro día y posteriormente, 1/4 de Paxil; y así por toda una semana. Desde luego, durante esos mismos días no faltaron sus cápsulas de glicina y sus 3 gotas de microdosis de pasiflora cada 5 minutos durante media hora, antes de dormir. El siguiente paso será ir reduciendo aún más los somníferos, mientras se aumenta poco a poco también la dosis de glicina, a razón de 4 gramos al día, hasta que los síntomas mejoren.
Como se ve, la dependencia es un problema un tanto difícil de manejar, ya que requiere de paciencia, del conocimiento del paciente y un poco de experimentación. En ciertos casos, la situación puede complicarse al enfrentar problemas psíquicos más serios, como son los delirios y las tendencias obsesivo-compulsivas, o simplemente cuando las creencias de éste fueran tales, que pudieran afectar el resultado del tratamiento, pues como señalaba yo en otra entrada del blog, los efectos placebo y nocebo juegan un papel muy importante en el desarrollo y la evolución del paciente. El Sr. RLM por ejemplo, nos llegó a decir en una ocasión que el magnesio que le habíamos prescrito para coadyuvar con el problema de su insomnio, podía haber sido la causa de un dolor que le había aparecido a la mañana siguiente de haber comenzado a tomar magnesio (efecto nocebo).
El papel del efecto placebo en la recuperación
Cuando le mostré en YouTube una conferencia de Ana María Lajusticia en la que esta reconocida autoridad explicaba todas las bondades del magnesio, el dolor no se presentó más en los siguientes días (efecto placebo). Durante una consulta me enteré que el Sr. RLM había leído una de las obras de Lajusticia [9], y que le había escrito a ella una carta que a la postre me interesó leerla, en donde él, además de expresarle su admiración, le hacía una pregunta relacionada con el uso del magnesio. Y cuando uno cree que alguien es una autoridad en determinada materia y lo admira por eso, ese alguien puede constituirse en un placebo, sobre todo si un tercero refuerza esa convicción.
A pesar de saber que la Programación Neurolingüística (PNL) tiende a ponderar más o menos el uso de esta técnica del efecto placebo, no entiendo cómo es que algunos psicólogos y terapeutas, invierten tanto tiempo hurgando en el subconsciente de sus pacientes, en lugar de explorar lo que podrían lograr si se interesaran más en conocer sus convicciones (las de sus pacientes, no las propias). Conocí a un logoterapeuta en la Ciudad de Cuernavaca, quien durante sus consultas dedicaba más tiempo a hablar de sus logros, que a escuchar las
convicciones de sus pacientes. Nótese que he dicho convicciones y no problemas. ¿Por qué no conocer, reforzar y profundizar más en las convicciones de los pacientes, que dedicar toda una hora de consulta a analizar sus problemas y deficiencias de carácter? ¿No se obtienen mejores resultados sacando a la superficie lo mejor de ellos, que ahondando en sus puntos débiles? Es así como lo hace el poder integrador de la terapia cognitiva de Brad Alford y Aaron Beck [19]. El efecto placebo es un recurso que los terapeutas no deberíamos subestimar, y una convicción (firme creencia) reforzada junto con una adecuada suplementación, pueden hacer más por un ser humano, que el descubrir traumas sexuales o miedos enterrados en su pasado.
Joe Dispenza nos ha enseñado que uno mismo es el placebo [10], y quisiera transmitir su mensaje a los demás terapeutas que nos siguen, recordándoles algo que hoy en día ya es un secreto a voces: «que no hay mejor placebo que el paciente mismo». ¿Y qué podemos hacer para que suceda «el milagro»?… Hablar menos y escuchar más. Ya lo dijo Mark Twain:
Si tuviéramos que hablar más que escuchar, tendríamos dos bocas y solamente una oreja.
© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 23 de enero de 2015
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REFERENCIAS
[1] http://es.scribd.com/doc/24420080/Las-patentes-de-las-medicinas-duran-20-anos#scribd
[2] http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10468702
[3] http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9768533
[4] http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8527623
[5] Tapering Off Psychotropic Drugs: Using Patient Cases to Understand Reasons for Success and Failure. Jonathan E. Prousky, ND, MSc. Journal of Orthomolecular Medicine, Vol 28, No. 4, 2013
[6] Integrated Healthcare Practitioners’ Dietary and Nutritional Supplement, and Herbal Remedies Management Program. IHP April/May 2010. Jonathan E. Prousky, BPHE, BSc, MSc, ND.
[7] Patrick Holford. Nutrición Óptima para la Mente. La Medicina Nutricional y Ortomolecular Aplicada a la Salud y el Equilibrio Mentales. Ediciones Robinbook, s. l., Barcelona
[8] Medicamentos que nos enferman e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes. Ray Moynihan, Alan Cassels; ed. Terapias verdes
[9] El Magnesio. Ana María Lajusticia Bergara. Plaza & Janes, S.A Editores.
[10] Joe Dispenza. El placebo eres tú. Editorial Urano.
[11] Peligro mortal: efectos de la prescripción de fármacos. Arabella Melville Colin Johnson
[12] La píldora de los 800 millones de dólares. La verdad sobre el coste de los nuevos fármacos. Merril Goozner ; ed. Belacqva
[13] Traficantes de Salud. Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad. Miguel Jara, ed. Icaria
[14] El libro negro de las marcas: el lado oscuro de las empresas globales (debate), Cap. “Conejillos de indias”. Klaus Werner y Hans Weiss
[15] Los inventores de enfermedades, cómo nos convierten en pacientes. Jörg Blech, edit. Destino
[16] Medicina enferma: cómo protegernos de las terapias discutibles. Jörg Blech, edit Destino
[17] Secretos de la industria farmacéutica. Efectos adversos de muchos medicamentos: bajo sospecha su fabricación y prescripción. Bryan Hubbard; ed. Terapias verdes
[18] Lo que los médicos no nos dicen. Lynne MacTaggart; ed. Terapias Verdes
[19] The Integrative Power of Cognitive Therapy. Brad Alford y Aaron Beck. Guilford Press. 1998
enero 26, 2015 en 10:59 pm
Gracias Sergio Preguntas: Puede hacerse Microdosis de Cloruro de Magnesio? Y de Melatonina? Saludos!!!Un Abrazo !!!
Date: Fri, 23 Jan 2015 17:17:52 +0000 To: enguf@hotmail.com
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enero 27, 2015 en 10:03 pm
Hola Enrique, un gusto saludarte de nuevo.
Mira, anteriormente hicimos microdosis de niacina, complejo B y vitamina C; pero cuando se trata de sustancias ortomoleculares (megadosis), es mejor tomarlas en esas cantidades, que convertirlas a microdosis, porque entonces no se comportan como debieran. Las microdosis más bien son recomendables para potenciar el efecto terapéutico de las plantas medicinales y para eliminar los efectos secundarios de los alopáticos; pero como siempre hay un suplemento ortomolecular que supera a cualquier alopático, creo que ya ni siquiera vale la pena preparar microdosis de fármacos. Lo que en un principio nos propusimos al convertir ortomoleculares a microdosis, fue abatir los costos; pero la eficacia de las megadosis se pierde en el proceso. Lo mejor es crear sinergia entre ambas terapias por separado, para acelerar la recuperación.
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