El efecto nocebo
Las vitaminas, los minerales y los aminoácidos son suplementos nutricionales; pero puede ser que por sugestión, alguien llegue a creer que en ciertas dosis, pudieran deteriorar su salud. Es lo que se conoce como efecto nocebo. Lo interesante del efecto nocebo es que eso mismo puede pasar con cualquier otra sustancia inofensiva, como por ejemplo, una tableta de azúcar o una solución salina. Se han dado casos, como los reportados por Weisman y Hackett [1], en los que los pacientes han fallecido justo en la mesa de operaciones, no por causas atribuibles a la cirugía en sí o a su delicada condición física, sino a la expectativa de morir durante la intervención quirúrgica.
En su libro «Amor, Medicina Milagrosa», el Dr. Bernie Siegel hace referencia a un estudio destinado a la producción de un nuevo fármaco, en el que a los pacientes del grupo de control se les administró una solución salina y se les advirtió que podrían estar recibiendo quimioterapia. Ocurrió que a un 30% de los pacientes se les cayó el pelo. Durante otro ensayo, los pacientes recibieron agua azucarada y se les dijo, desde luego sin que supieran lo que contenía el agua, que eso podría hacerles vomitar. Y eso fue precisamente lo que sucedió en el 30% de los casos, según lo relata en su libro la Dra. Lissa Rankin [5].
El poder mental que promueve la enfermedad
Un ensayo de características excepcionales lo protagonizó una paciente que presentaba desdoblamiento de personalidad. En una de sus personalidades, la consultante no era diabética y presentaba niveles normales de glucemia. Sin embargo, cuando pasaba a ser su «otro yo», no solo se creía diabética sino que se convertía en diabética. Su fisiología realmente cambiaba al aumentar el nivel de azúcar en la sangre. Cuando su otra personalidad hacía acto de presencia, el nivel de azúcar en la sangre retornaba de nuevo a la normalidad. El psiquiatra Bennett Braun, autor de «The Treatment of Multiple Personality Disorder», ha documentado casos similares. Uno de ellos, es el de un paciente que a veces responde al nombre de Timmy.
Como Timmy, esa persona es capaz de beber jugo de naranja sin ningún problema; pero una vez que adopta las demás personalidades, se vuelven alérgicas al jugo de naranja y al menor sorbo se llenan de ronchas y urticaria. Al reaparecer Timmy en medio de una reacción alérgica de esas otras personalidades, tanto la urticaria como las ronchas comienzan a desaparecer [5]. El poder de la mente es inconmensurable.
La convicción de que algo malo ocurrirá
De acuerdo con Robert A. Hahn [2], la hipótesis del efecto nocebo estipula que una persona puede enfermar tanto por las expectativas que tiene de contraer una enfermedad como por los estados emocionales que asocia a dichas expectativas. La palabra expectation (que es el término original empleado por el Dr. Hahn en su definición) vendría a ser en español, «la convicción de que algo ocurrrirá o será el caso en el futuro». A continuación quisiera analizar un par de palabras clave que he identificado como tales en la hipótesis del Dr. Hahn, con la finalidad de llevar a cabo con mayor éxito los tratamientos que en otras secciones de este portal hemos propuesto. La primera palabra en la que quisiera ahondar es la convicción (una firme creencia).
Las convicciones varían de lugar a lugar y de persona a persona, lo cual quiere decir que un individuo va a reaccionar diferente a un medicamento o a una sustancia que como lo haría cualquier otro. A sabiendas de que la niacina por ejemplo, produce un efecto secundario consistente en un rubor y una sensación de ardor y picazón en algunas partes de mi cuerpo, yo no me alarmaría, dado que esa información la he leído decenas de veces en diversas fuentes de información. No obstante, para una persona que padeciera de un trastorno de ansiedad, la respuesta podría llegar inclusive a expresarse mediante un ataque de pánico, tal y como lo demostró en un ensayo clínico, el Dr. Ströhle A. [3], quien con una simple instrucción verbal fue capaz de generar ansiedad y ataques de pánico en pacientes, varones y mujeres, a los que se les estaba administrando como nocebo una simple solución salina.
Qué o quién puede inducir el efecto nocebo
Muchos pacientes que sufren de efectos adversos, puede que los experimenten sólo porque se les ha dicho que van a aparecer, o se sugestionan porque leyeron en un portal de Internet, que las dosis que recomienda la medicina ortomolecular pueden llegar a ser fatales, de acuerdo por supuesto con los promotores de dicho sitio, que a todas luces han creado intereses que van en contra de la medicina natural, como es el caso de la medicina ortomolecular y las microdosis de plantas medicinales. Y no solo ese tipo de fuentes podría sugestionar a alguien para evitar que siga un tratamiento basado en megadosis.
Los comentarios de los familiares, la de un amigo y como cabría esperar, la llamada «segunda opinión» de un excelentísimo detractor de bata blanca, podrían desencadenar un efecto nocebo en una persona influenciable.
Si se nos ha «educado» desde pequeños a sentir un respeto desmedido hacia un personaje que exhibe sendos diplomas en las paredes de un consultorio completamente alfombrado, que entre más cobra parece ser más competente y cuya reputación está respaldada por una cantidad respetable de infomerciales, es absolutamente comprensible que tengamos una fe ciega en ese CuasiDios. Si un CuasiDios en quien usted cree, le dice enfáticamente que las dosis de vitaminas y minerales recomendadas por la medicina ortomolecular son una barbaridad, y que un tratamiento de esa naturaleza pone en peligro su salud, seguramente va a rechazar la idea de recurrir a esta alternativa médica.
El efecto placebo: la convicción de que algo bueno ocurrirá
El efecto contrario, es decir, el efecto placebo, sucede por ejemplo cuando una persona muy religiosa argumenta haberse aliviado por habérselo pedido a Dios en sus oraciones, o cuando cualquier otra tiene la convicción de que una determinada medicina natural, como la terapia de imanes, la acupuntura, las flores de bach, la ozonoterapia, etc., puede calmarle ese dolor que «la está matando», o hasta puede llegar a sanarla por completo. Conozco un caso, el de mi prima Laura Casas, cristiana devota de casi toda la vida, que padeciendo un grave problema de columna pudo caminar después de haber escuchado la palabra de Dios.
Durante la segunda noche de gloria en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, siendo el 8 de Mayo de 2010, Laura, al igual que otros creyentes que sanaban sus dolencias uniéndose en oración a las palabras del pastor Cash Luna (ministerios cristianos), conmovió con lágrimas de felicidad a todo el público asistente. Dudo mucho que Laura hubiera estado fingiendo por años una enfermedad, para que justo esa noche su familia presenciara un milagro. Ella no estaba tratando de convertir a nadie. Simplemente tuvo la convicción de que su fe en Dios era todo lo que necesitaba para curarse.
Mientras que la fe mueve montañas, la convicción repercute en nuestro estado de salud, para bien (convicción positiva) o para mal (convicción negativa). Así, una convicción positiva dará lugar a un efecto placebo, mientras que una convicción negativa, ocasionará un efecto nocebo. Pero entonces, si nuestras convicciones fueran negativas, ¿cómo podríamos transformarlas en positivas para mejorar nuestro estado de salud?
Tú eres quien decide entre efecto placebo o nocebo
Atendiendo a la otra palabra clave en la definición de Hahn, es decir, los estados emocionales que el individuo asocia a las expectativas, espero resulte claro cómo es que solo de él depende el asumir una actitud positiva ante su adversidad (enfermedad), según nos enseñó Viktor Frankl, el padre de la logoterapia. De acuerdo con este eminente terapeuta, el individuo mismo es quien en última instancia decide que hacer con su complejo cuerpo-mente. Aunque a veces no podamos cambiar nuestra realidad, todavía nos queda la opción de asociar sentimientos positivos a nuestras expectativas (tener la convicción de que algo bueno pasará), lo cual redundará en un efecto placebo. Si las emociones que asociamos a nuestras expectativas son negativas, estaremos produciendo nosotros mismos, y no una sustancia inocua, un efecto nocebo. Si realmente deseamos curarnos de eso que está minando
nuestro organismo, tal vez deberíamos comenzar por ver a la enfermedad como una oportunidad de crecimiento personal y despertar espiritual. Cuando enfrenté el hecho de que los ahora detractores de bata blanca no podían dar con la solución a mi prostatitis, me convencí de que era mejor canalizarla como una señal que me estaba mostrando un nuevo camino a seguir, en lugar de considerarla una discapacidad, en el sentido de que me daría un móvil para descubrir conocimiento nuevo, en ese mar de literatura biomédica que esperaba ser minada y explotada no solo para mi sanación, sino en pro de otros muchos hombres que como yo, estaban pasando por una experiencia similar. Como hubiera dicho Elisabeth Lukas, psicóloga clínica y partidaria acérrima de la escuela de Frankl: «estaba dándole sentido a mi sufrimiento».
Ahora bien, con la finalidad de que los pacientes terminen sus tratamientos y consigan el alivio deseado, vamos a proponer a continuación algunas formas de transformar las convicciones negativas en positivas.
Cómo transformar nuestras convicciones negativas en positivas
La primera consistiría en no prejuzgar un tratamiento, sin antes haber consultado fuentes de información que no muestren sesgos amarillistas, con tendencia a favorecer los intereses de los grandes laboratorios farmacéuticos. Otra posibilidad es recurrir a la programación neurolingüística (PNL), la hipnoterapia, la terapia cognitiva-conductual [12], la desrreflexión de Viktor Frankl, la técnica de modulación de actitud de Elisabeth Lukas, o bien a un coaching de salud.
La desrreflexión está indicada preferentemente en casos en donde el problema es psicológico, más que físico, y consiste precisamente en desviar la atención excesiva en relación a un problema específico, cuando la preocupación se ha convertido en hiper-reflexión, que viene a ser una preocupación obsesiva que raya en lo patológico [10]. Para resolver este problema se requiere primero una señal de alto a la hiper-reflexión seguida de una desviación de atención hacia cualquier otra persona o asunto de interés para el afectado, que es lo que se conoce en logoterapia como autotrascendencia y se le utiliza como auxiliar en algunos padecimientos psicogénicos. Muchos problemas psicogénicos de disfunción eréctil suelen tener su origen en una hiperreflexión, pues el consultante no deja de pensar en conseguir esa erección de calidad que le está haciendo falta para tener relaciones satisfactorias con su pareja.

Reflexión final y conclusión
Otra manera de lograr que las cosas sucedan es definitivamente armarse de valor. La autocuración no es precisamente para los débiles de corazón. Se necesita mucha determinación, coraje y ganas de salir adelante para sortear toda clase de percances, riesgos, dolores e inconvenientes. Hay increíbles historias de casos reales de pacientes que ilustran cómo las convicciones positivas y la voluntad de vivir, pueden hacer que una persona resurja cual ave fénix. Si definimos a la nutrición como «la capacidad de proveer sustancias al organismo para mantener su salud, complementar lo que le falta y promover su crecimiento», llegaríamos a la conclusión de que: Curación = nutrientes + convicción positiva.
«No hay enfermedades incurables, sólo personas incurables»… Doctor Bernie Siegel
© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 24 de agosto de 2015
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REFERENCIAS
[1] Weisman, Avery D. M.D.; Hackett, Thomas P. M.D. Predilection to Death: Death and Dying as a Psychiatric Problem. Psychosom Med 1961;23(3):232–56
[2] Robert A. Hahn. The Nocebo Phenomenon: Concept, Evidence, and Implications for Public Health.PREVENTIVE MEDICINE 26, 607–611 (1997). ARTICLE NO. PM960124
[3] Ströhle A. Increased response to a putative panicogenic nocebo administration in female patients with panic disorder. J Psychiatr Res. 2000 Nov-Dec;34(6):439-42
[4] Dilts, R. (1998). Liderazgo creativo. Barcelona: Urano
[5] Rankin Lissa. La Mente Como Medicina: Un nuevo paradigma de salud, medicina y curación. Urano.
[6] Robert Dilts. Cómo Cambiar Creencias con la PNL. 3a. Edición. Editorial Sirio S.A
[7] McDermott, I. y O´Connor, J. (1996). PNL para la salud. Barcelona: Urano
[8] González Pardo, H. y Pérez Álvarez, M. (2007).La invención de trastornos psicológicos. ¿Escuchando al fármaco o al paciente? Alianza Editorial
[9] Dilts, R. (2003). El poder de la palabra. Barcelona: Urano
[10] Fabry Joseph B. . Señales del Camino hacia el sentido. Descubriendo lo que realmente importa. Ediciones LAG.2003
[11] Lukas Elisabeth. Logoterapia. La búsqueda de sentido. Paidós. 2005
[12] The Integrative Power of Cognitive Therapy. Brad Alford y Aaron Beck. Guilford Press. 1998
agosto 31, 2015 en 3:19 am
Muy buen post. Muy completo. Hay que tener mucho cuidado con cualquier tipo de medicina no recomendada directamente por un médico, ya que las habrá efectivas pero también hay mucho engaño. Un saludo.
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agosto 31, 2015 en 11:16 am
Así es Seguros Médicos, es por eso que en la Fundación Micromédix únicamente recomendamos suplementos y microdosis de plantas medicinales, no medicinas.
Muchas gracias por su comentario.
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