La receta inteligente que aquí te proponemos está indicada para tu osteoporosis en particular, y es muy probable que el programa de computadora que viene integrado en la receta electrónica, arroje resultados diferentes cuando sea otro paciente el que responda a sus preguntas, debido a que cada persona manifestará síntomas diferentes en función de las deficiencias de vitaminas y minerales que presente su organismo. De esta manera, el programa optimizará una receta genérica que quedará almacenada en la memoria de tu computadora, y terminará recomendándote de una manera interactiva, los ocho nutrientes que más te van a beneficiar.
La receta genérica consta de once suplementos; pero conforme el programa pregunta, va perfeccionado sus recomendaciones, optimizando así tanto la eficacia como el costo de tu tratamiento. De los once elementos, cuatro de ellos son obligatorios y no dependen de tu sintomatología. Los otros siete son los que el programa examina basándose en tus síntomas. Al final, de esos siete, el programa descarta tres y selecciona los cuatro que más te convienen, recomendando así un total de ocho. Los cuatro suplementos obligatorios son el calcio, el magnesio, la vitamina D3 y el estroncio. Más adelante se especifican los siete suplementos que participan en la selección de los cuatro mejores, aparte de los obligatorios.
La (El) protagonista de la curación eres tú
Las recetas inteligentes constituyen una solución fuera de serie que la Fundación MicroMédix le está dando a muchos otros padecimientos, no solo al de la osteoporosis. Pero más que todo, lo que quisiera enfatizar es el principio que hay detrás de este concepto, y que es en última instancia lo que le da sentido a nuestra misión: convertir a los pacientes en protagonistas de su propia curación. Dotar a tu familia o a ti de herramientas y consejos para que se curen solos, consiste en fungir ya no tanto como un profesional de la salud, sino como lo que podría ser una especie de reportero que retrata lo que sí funciona en el campo de la medicina natural.
No se trata de ser en erudito en la materia, sino de difundir el conocimiento biomédico para mantener bien informados tanto a ti a como a tu familia. Parte de esa difusión consiste en dar a conocer otras opciones de curación, aparte de la medicina tradicional (alopática), pues si bien es cierto que tú eres libre de elegir lo que más te conviene, no puedes hacerlo si desconoces lo que pueden hacer por ti otras terapias alternativas.
La licenciada en Filosofía y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Roxana Kreimer (izquierda), ha señalado muy atinadamente que «el conocimiento ensancha el espectro de nuestras acciones y a veces es su misma condición de posibilidad» [1].
Me ha llamado mucho la atención la manera en que la Dra. Kreimer menciona cómo puede marcar la vida de una persona, el hecho de no conocer opciones, en especial cuando uno se encuentra en un estado de ignorancia y urgencia: «la ignorancia y la fuerza alteran el carácter voluntario de la acción», apunta ella en la página 100 de su obra, El sentido de la vida.
Ella pone el ejemplo de una mujer que tiene que parir de la manera convencional, y dos años después descubre que hay otra forma de hacerlo. Algo parecido sucede cuando los padres de un hijo con esquizofrenia deciden internarlo en un hospital psiquiátrico, porque no conocen otra alternativa. Eso es lo que nosotros queremos evitar, que tú y tu familia se conviertan en presa fácil de la ignorancia y la desesperación, por no saber que existe la medicina ortomolecular (nutrientes en dosis terapéuticas). Y no la tenemos fácil. Para extraer y filtrar la información realmente útil de millones de resultados y descubrir el conocimiento escondido en la inmensidad de un mar de datos, hemos tenido que aplicar las técnicas de extracción de texto (text mining) a la Internet y la literatura biomédica, entender lo que los referentes de la medicina ortomolecular han estado probando durante años, y sintetizar los resultados de una manera en la que el usuario los pueda entender y aplicar.
Y una manera de sintetizar y entregar los hallazgos más relevantes de cada investigación, es recurrir a un sistema que resulte fácil de usar y aplicar, es decir, a una receta inteligente.
Ya en otras publicaciones he señalado que más bien somos voceros de los gigantes de la medicina ortomolecular.
Guardando las debidas proporciones, procuramos regirnos conforme a lo que Sir Isaac Newton le escribió a Robert Hooke, en una carta con fecha 15 de febrero de 1676: «si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes«. Nuestros gigantes por supuesto no son Nicolás Copérnico, ni Galileo Galilei ni Johannes Kepler, sino Linus Carl Pauling, Abram Hoffer y Bernard Rimland, por mencionar a tres de los más respetados referentes de la medicina ortomolecular en el mundo.
En este orden de ideas, y para no desviarme mucho de lo que concierne a la osteoporosis, voy a reportar a continuación, lo más relevante de esta investigación, para esclarecer un par de mitos que podrían suscitar una interpretación errónea de nuestros hallazgos. El primer mito al que me referiré es el que tiene que ver con el de la leche.
Primer mito: la leche es la mejor fuente de calcio
Desde pequeños se nos ha inculcado que la leche es la mejor fuente de calcio, y que no hay ningún otro elemento que se equipare con ella, cuando de lo que se trata es prevenir la osteoporosis. Pero una cosa es que la leche y sus derivados tengan la mayor cantidad de calcio, en comparación con otros alimentos, y otra muy diferente es que sea la mejor opción para recuperar el calcio que nuestros huesos han ido perdiendo con los años. Dos grandes inconvenientes de la leche son que le falta magnesio [2] y que sus proteínas producen demasiada acidez en el cuerpo [3]. Los alimentos que proporcionan muchas proteínas, como la carne y los lácteos, forman ácidos y el cuerpo tiende a neutralizar su exceso a través del sodio y el calcio. Cuando las reservas de sodio se acaban, el cuerpo recurre al calcio que hay en los huesos, de manera que mientras más proteínas consumamos, más calcio demandaremos.
De acuerdo con Holford y Lawson, «en un estudio realizado durante doce años se descubrió que las mujeres que tomaban dos vasos de leche o más al día, tenían un riesgo un 45% superior de fracturarse la cadera y un 5% superior de sufrir roturas en el antebrazo que las que tomaban una cantidad inferior» [3].
El calcio debe ir acompañado de magnesio
Para que un elemento pueda ser considerado entonces como una buena fuente de calcio, debe ir acompañado de magnesio, en una proporción de 2 a 1. Eso significa que por cada gramo de calcio, el suplemento o alimento debe contener al menos 500 mg de magnesio [2]. Los lácteos no cumplen con este requerimiento. Cuando el calcio es administrado sin su correspondiente proporción de magnesio, puede generar otro tipo de problemas, como por ejemplo, los cálculos renales. Y ese es precisamente el otro mito que ha
contribuido a que los pacientes no mejoren, por mucho que tomen calcio: creer que el problema se resuelve con esta monoterapia. Si se va a prevenir y revertir la osteoporosis, además de calcio o magnesio, habrá que agregar a la receta los suplementos que más adelante se describen como parte medular de la solución. En cuanto al programa que optimiza la receta, conviene que sepas que éste no te cuestionará sobre los síntomas asociados a las deficiencias de calcio y magnesio, porque acuérdate que ambos son componentes que no pueden faltar en un tratamiento para la osteoporosis, y por lo tanto deben ser tratados como obligatorios.
En qué consiste y cómo prevenir la osteoporosis
El calcio contribuye en la coagulación apropiada de la sangre, el crecimiento y la movilidad de los músculos, la formación y el mantenimiento de los huesos y el desarrollo de dientes y encías saludables.
Cuando se administra en cantidades óptimas, además de proporcionar un efecto calmante, el calcio transmite los impulsos nerviosos apropiadamente, mantiene un ritmo cardíaco regular, reduce el colesterol, descompone las grasas, mantiene la piel sana, impide la absorción de plomo en el hueso y previene los calambres musculares. También ayuda con la estructuración de proteínas en el ADN y el ARN, la actividad neuromuscular y la permeabilidad de la membrana celular.
El calcio constituye aproximadamente entre el 1.5 y el 2 % de nuestro peso corporal. Aproximadamente el 98 % de nuestro calcio está contenido en los huesos, alrededor del 1 % le corresponde a los dientes, y el resto se encuentra en otros tejidos y el sistema circulatorio. Además de su función estructural, los huesos son una fuente de calcio en situaciones de emergencia. El cuerpo construye hueso todo el tiempo con el fin de que el calcio esté disponible para las demás funciones corporales. Si no obtienes suficiente calcio de los alimentos, automáticamente tu organismo lo toma de tus huesos. Si con los años tu cuerpo no alcanza a reconstruir su masa ósea, a pesar de sus intentos por recuperar la cantidad que ha usado para obtener calcio, tus huesos acaban por debilitarse, pudiendo fracturarse fácilmente. En eso consiste la osteoporosis.
Como vimos, los lácteos no son la mejor opción para abastecerse de calcio. Éste también lo puedes encontrar en las verduras de color verde oscuro, nueces, granos, frijoles, salmón y sardinas. Si padeces osteoporosis es evidente que vas a necesitar las dosis ortomoleculares de calcio
que la receta te va a recomendar. No obstante, no está de más un consejo:
evita los alimentos procesados, no te excedas con las proteínas animales, las grasas, la cafeína, la sal y los refrescos embotellados (sodas en otros países).
No consumas azúcar, gluten ni alcohol, y procura mantenerte alejado de los anti-ácidos, los diuréticos, los antibióticos, las píldoras anticonceptivas y las terapias de reemplazo hormonal, ya que todos esos factores reducen mucho tu capacidad para absorber calcio.
Otros alimentos a los que puedes recurrir para abastecerte de calcio (aparte de los lácteos) son:
almendras, nueces, brócoli, col, algarrobo, hojas de diente de león, higos, verduras de hoja verde, col rizada, algas marinas, avena, perejil , corteza de Pau d’arco, ciruelas pasas, salmón, sardinas, mariscos, semillas de ajonjolí, camarones, soya, tofu, nabo, raíz de valeriana y corteza de roble blanco.
¿Y la vitamina D? … ¡Por favor, que sea en dosis ortomoleculares!
Otro suplemento que se ha establecido como obligatorio para tratar la osteoporosis ha sido la vitamina D, pues un déficit de la misma, le impedirá a tu cuerpo tanto absorber el calcio como distribuirlo. Para que tenga lugar una absorción adecuada de calcio, es imprescindible tomarla en las dosis correctas, es decir, en cantidades ortomoleculares, ya que existen por ahí medicamentos que no van a hacer ninguna diferencia a la hora de revertir una osteoporosis, y probablemente ni siquiera para prevenirla. Tal es el caso de un producto que seguramente ya conoces y que de acuerdo con nuestra investigación, se ha vuelto muy popular entre los médicos alópatas. Supongo que ello se debe más bien al consejo que sus visitadores médicos les han dado, que a los beneficios que un producto de esa calidad puede ofrecer. Me estoy refiriendo al Caltrate, un medicamento fabricado por los Laboratorios Pfizer.
Si te han diagnosticado osteoporosis o has tenido alguna fractura en el pasado, el Caltrate (o similar) no te va a ayudar mucho. No contiene fósforo ni estroncio [4], y si revisas lo que Hoffer y Saul han escrito sobre el tema [2], te vas a dar cuenta de que, aunque la cantidad diaria de calcio está dentro de lo aceptable (1,200 mg), las correspondientes a la vitamina D3 y al magnesio, no van a ser suficientes para bloquear el calcio que podría perjudicar tu corazón [5].
Además, si calculas la proporción de Calcio/Magnesio para dicho producto te vas a dar cuenta que ésta es de 12:1 (pulsa sobre la imagen de la izquierda para agrandarla), lo cual dista mucho de estar en consonancia con la opinión de esos dos referentes de la medicina ortomolecular. De hecho, tanto el producto en cuestión como el tomar demasiada leche, hasta podrían ser contraproducentes, dados los niveles tan bajos de magnesio que presentan. Cuando descargues tu receta inteligente, te darás cuenta de que hemos respetado la proporción recomendada de Ca/Mg por Hoffer y Saul, del mismo modo que hemos establecido dosis que definitivamente van a protegerte de una enfermedad coronaria, así como a prevenir y revertir tu osteporosis, sobre todo si eres mujer y ya pasaste la etapa de la menopausia (postmenopausia).
El estroncio: uno más de los obligatorios
El estroncio fue el primer mineral que demostró reconstruir el hueso al mismo tiempo que reducía su reabsorción. También mejora la retención de calcio, el fósforo y las proteínas en el hueso, aumentando así la resistencia ósea sin disminuir su calidad. La eficacia de este mineral en la reducción del riesgo de fractura en mujeres con osteoporosis, ya ha sido demostrada en muchos ensayos clínicos. Los últimos avances de las técnicas ortomoleculares, han comenzado a dar frutos, a propósito de los misterios de los efectos que este mineral tiene sobre el hueso, como pudo constatarlo una de nuestras pacientes (pulse sobre la imagen que aparece a su izquierda para ver su testimonio) el pasado marzo de este mismo año, cuando después de haber solicitado un estudio que culminó con la confección de una receta para su osteoporosis transitoria (también
llamada edema óseo), pudo vencerlo gracias al estroncio y a otros suplementos (el testimonio lo extrajimos de nuestra sección Concertar Cita).
Un nuevo descubrimiento ha confirmado lo que el Dr. Shorr parecía haber adivinado en 1950, y lo que Skoryna pudo demostrar a principios de los años ochenta: que el estroncio no sólo inhibe la descomposición excesiva del hueso existente, sino que también aumenta significativamente la capacidad del cuerpo para construir hueso nuevo [4]. El calcio y el estroncio trabajan sinérgicamente, ya que uno potencia la acción del otro; pero es importante que sepas que tienen que tomarse por separado, ya que utilizan las mismas vías de absorción en el tracto intestinal. Además, recientemente se ha demostrado que la ingesta de alimentos reduce la absorción de estroncio. Lo mejor es tomar el estroncio tres horas después de la última comida del día, o una hora antes del desayuno por la mañana, o ambos (ver receta).
Los siete suplementos que participan en la selección
Una conclusión importante derivada de nuestra investigación es que el calcio, el magnesio, la vitamina D3 y el estroncio no son suficientes para asegurar el éxito del tratamiento. Notamos que en la fórmula de Pfizer aparecen también el Zinc, el cobre y el manganeso. A pesar de que somos de la opinión de que estos tres minerales están muy bien indicados para tratar la osteoporosis, la versión final de nuestra receta genérica está conformada por la combinación de las siguientes vitaminas y minerales:
1) Los primeros cuatro mejores suplementos son los obligatorios, es decir el calcio, el magnesio, la vitamina D3 y el estroncio.
2) Los que van a competir por estar entre los otros cuatro mejores nutrientes son el ácido fólico, la vitamina C, la vitamina B12, el manganeso, la vitamina K2, el zinc y el fósforo.
Tanto el cobre como el boro ayudan también en la formación y el mantenimiento de los huesos; pero no es necesario incluirlos en la receta, ya que ambos se pueden obtener fácilmente de los alimentos. Estamos hablando de alrededor de 1 a 3 mg diarios de ambos minerales. El boro en particular, se halla en las frutas, especialmente en manzanas, peras, duraznos, uvas, dátiles y pasas. Las nueces y los frijoles también son ricos en boro.
El cobre se encuentra en una gran cantidad de alimentos. Un ostión aporta más de 2 mg de este mineral. Otros mariscos, como la langosta, son buenas fuentes de abastecimiento. También son ricos en cobre las nueces, los aguacates, las papas, las vísceras, los granos integrales, los frijoles y los chícharos. El agua potable que circula por la tubería que la abastece, también sería una buena fuente de cobre, siempre que la tubería esté fabricada con este material.
Los siete nutrientes los analizará la receta inteligente atendiendo a las señales de deficiencia que manifiestes para cada uno de ellos.
¿Y cómo es que la receta determina las deficiencias de cada nutriente?
Existe un programa escrito en VBA (Visual Basic para Aplicaciones) que se encarga de examinar tus síntomas o las del paciente en cuestión.
Analicemos el caso del ácido fólico para dejar más claro qué es lo que hace a la receta inteligente.
Ácido fólico
Para cada nutriente, el programa te plantea una serie de preguntas que le van a revelar, qué tan bajos están los niveles de los mismos en tu organismo. Solo debes asentir o negar cada pregunta, pulsando con tu ratón en el botón correspondiente. Así por ejemplo, si seleccionas el ácido fólico, la e-receta buscará señales de deficiencia de éste, en función de lo que respondas a cada una de las siguientes 10 preguntas (pulsa en la imagen que sigue para que aprecies mejor cómo te llevará de la mano el programa):
¿Padeces fatiga crónica?
¿Lengua adolorida o ulcerada?
¿Grietas en las comisuras de los labios?
¿Diarreas frecuentes?
¿Crecimiento deficiente?
¿Lengua lisa y sensible?
¿Te han diagnosticado osteoporosis?
¿Psoriasis?
¿Estrés crónico?
¿Acostumbras tomar bebidas alcohólicas?
Entre mayor sea el número de respuestas afirmativas, mayor será la deficiencia. Si al terminar los siete exámenes, te apareciera el ácido fólico dentro de los mejores cuatro suplementos; pero no así la vitamina B12, o viceversa, te recomiendo complementar de todas maneras tu receta con un complejo B que además de las vitaminas B1, B6 y B12, integre ácido fólico (o folato) a su fórmula. Hay algunos laboratorios que así lo hacen. Lo más aconsejable sería buscar una presentación que aporte al menos 50 microgramos de vitamina B12, con una dosis de ácido fólico mayor o igual a la que indique tu receta.
No deberá extrañarte que una misma pregunta aparezca en el examen de detección de deficiencias de más de dos nutrientes (ver más adelante el de la vitamina C). Para los otro seis suplementos, existe un examen similar al que he expuesto para el ácido fólico y para el que presento a continuación.
Lo interesante del proceso es que al terminar con todos los exámenes, el programa te sugiere las cuatro vitaminas y/o minerales que más te van a beneficiar, reduciendo así el costo del tratamiento (algunos nutrientes en dosis ortomoleculares podrían ser onerosos, dependiendo del país en el que te encuentres).
Vitamina C
Para conocer tu déficit de vitamina C, solo tienes que contestar sí o no a las preguntas del examen que el programa emplea para optimizar tu receta. Son 13 las preguntas que contestarías si ya tuvieras la receta inteligente en tu computadora. A continuación se muestran las primeras 10 (puedes hacer clic en la imagen que sigue para ver los detalles):
¿Te aparecen moretones en algunas partes del cuerpo?
¿Tienes problemas con la cicatrización de heridas?
¿Tus dientes están flojos y te sangran las encías?
¿Te enfermas de bronquitis con frecuencia?
¿Tienes edemas (retención de agua)?
¿Sueles tener mala digestión?
¿Dolor en las articulaciones?
¿Resfriados frecuentes?
¿Fatiga crónica?
¿Alergias?
Cada respuesta afirmativa la interpretará la receta inteligente como una señal de que el nivel de vitamina C en tu organismo está por debajo de lo normal.
La vitamina C posee una extraordinaria capacidad para combatir las infecciones; pero como tu organismo no es capaz de elaborarla por sí mismo, es indispensable que la tomes con regularidad en forma de suplemento. La contienen una gran cantidad de frutas y legumbres, entre las que destacan la naranja, el limón, el jitomate, el kiwi y la guayaba; pero si pescas un resfriado, no vayas a creer que la cantidad de ácido ascórbico que contienen esos alimentos te va a alcanzar para librarte de él. De acuerdo con mi experiencia, para salir bien librado de una influenza, se requieren, además de otros nutrientes, entre 13 y 15 gramos diarios de ácido ascórbico (Linus Pauling tomaba hasta 18 gramos diarios para no enfermarse. Falleció a los 94).
Vitamina B12
Te ayuda a absorber el calcio, a prevenir la posibilidad de una anemia y a formar y regenerar glóbulos rojos. La necesitas para mantener tu sistema nervioso saludable y aumentar tu nivel de energía. Trabaja en conjunción con el ácido fólico para regular la cantidad de homocisteína que podría intoxicar las fibras proteicas de tus huesos. Una forma de abastecerte de esta vitamina es tomando suplementos de complejo B y comiendo carne de res, queso azul, cerebro, almejas, huevos, pescado, platija, corazón, arenque, riñón, hígado, caballa, sardinas, mariscos y pez pargo.
Manganeso
Este mineral funciona como cofactor en muchos sistemas enzimáticos incluyendo los que están implicados en la formación de tus huesos, la producción de energía y el metabolismo de proteínas, carbohidratos y grasas. Tu cuerpo lo necesita para aprovechar la colina, la tiamina, la biotina y las vitaminas C y E. Se absorbe en tu intestino delgado y se almacena en tus huesos, hígado, riñón, glándula pituitaria y páncreas. El manganeso lo emplea tu cuerpo para transferir la colina acetilcolina de un sitio a otro y para mejorar la relajación de lo que se conoce como músculo liso. Promueve las funciones celulares y su crecimiento, y estimula la producción del colesterol HDL (el bueno). La especificación de la dosis apropiada para la osteoporosis la podrás encontrar en la receta. El programa te preguntará si padeces los síntomas asociados al déficit de manganeso, para que en función de tus respuestas, determine qué tan importante es para ti tomar este suplemento.
Vitamina K2
La vitamina K es esencial para la coagulación de la sangre, un mecanismo que facilita la cicatrización y evita que te desangres a consecuencia de una herida externa, o que sufras un sangrado interno. La necesitas para sintetizar protrombina, una proteína que convierte el fibrinógeno soluble que circula por tu sangre en una proteína muy insoluble llamada fibrina, el principal componente de un coágulo sanguíneo. El programa te va a ir preguntando si padeces o no los síntomas asociados al déficit de esta vitamina, a fin de determinar si es necesario que la consigas.
El zinc y las señales que delatan su deficiencia
El zinc es un elemento esencial para el crecimiento y desarrollo de los seres vivos, y se halla de manera natural en prácticamente todas las células del cuerpo humano. Estimula la actividad de cerca de 100 enzimas, que son sustancias que promueven reacciones bioquímicas en tu organismo. Desempeña un papel importante en el funcionamiento de tu sistema inmune. Si lo tomas con regularidad, ayuda a conservar sanos tu cabello, tu piel y tus uñas. Una deficiencia de zinc puede ocasionar que se te caiga el cabello, que tengas problemas de fertilidad, y si eres mujer, que experimentes periodos menstruales irregulares. Si tienes hijos y/o hijas, los niveles bajos de zinc podrían acarrearles problemas de crecimiento y retrasos en su madurez sexual. Si tus niveles de zinc son muy bajos, tu sentido del olfato y del gusto van a comenzar a
perder sensibilidad. Si eres hombre, es importante que tu cuerpo elabore testosterona y si estás bajo en zinc, podría ser que tu conteo de esperma esté por debajo de lo normal, que tu libido esté muy baja, que tu próstata esté inflamada, o que estés teniendo algunos problemas emocionales. Las personas que consumen grandes cantidades de alcohol, tienen bajos niveles de este mineral. Espero que tú no pertenezcas a ese grupo. Para mantenerte informado(a) de cuáles son los alimentos que más contienen zinc, me gustaría que tomaras nota de los siguientes: ostiones en primer lugar, seguidos por las carnes rojas y en un tercer lugar, las aves.
Otras buenas fuentes de zinc son los frijoles, las nueces, ciertos mariscos, las semillas de calabaza, la yema de huevo, el pescado, la levadura de cerveza, el hígado y los cacahuates, por mencionar los más importantes.
Fósforo
El fósforo es crucial para balancear el calcio y el magnesio. Desempeña un papel importante en las reacciones metabólicas del cuerpo, como en el caso de las grasas, los carbohidratos y las proteínas. Ayuda en la producción de energía y el crecimiento. Este mineral se absorbe a través de los intestinos, se transporta en el torrente sanguíneo y se almacena en los huesos y dientes. Es importante tomar en cuenta que del fósforo que se ingiere, solo el 70% es absorbido. El programa te va a ir preguntando si padeces o no los síntomas asociados a una posible deficiencia de fósforo. Por favor responde con las más absoluta honestidad y exactitud a sus preguntas, ya que si no tienes un nivel adecuado de fósforo, podría existir un desequilibrio en las cantidades de éste, del magnesio y del calcio. Lo importante es que coexistan en tu organismo, dos partes de calcio por una de fósforo y otra de magnesio.
Si vas a descargar la receta inteligente para prevenir y revertir los efectos de la osteoporosis, asegúrate de tener instalado el programa PowerPoint en tu computadora (el visor de archivos PPSM no soporta macros). El archivo ocupa 2 MB y se ejecuta en cualquier computadora compatible con Windows. Para ejecutarse correctamente, el programa requerirá que habilites las macros, de manera que cuando veas en tu computadora una advertencia de seguridad, selecciona la opción “Habilitar este contenido”, ya que sus macros son totalmente confiables.
La imagen que aparece a tu izquierda es una muestra del menú principal (Home) de la e-receta. Puedes pulsar sobre ella para descargarla.
«Nosotros solo somos los mensajeros de los gigantes de la medicina ortomolecular»
© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 3 de Diciembre de 2016
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REFERENCIAS
[1] Kreimer Roxana. El sentido de la vida. Longseller S.A. 2008
[2] Hoffer A. & Saul A. Orthomolecular Medicine for Everyone. Megavitamin Therapeutics for Families and Physicians. Basic Health Publications, Inc. 2008
[3] Patrick Holford y Susannah Lawson. Nutrición óptima. Guía fácil. Ediciones Robinbook. 2009
[4] Advances in Orthomolecular Research. Bone Health. Better Bones For Life. Volume 4, Issue 7. Advanced Orthomolecular Research Inc. 2014
[5] Jonny Bowden y Stephen Sinatra. La verdad sobre el colesterol. Descubre los falsos mitos acerca del colesterol. Un programa efectivo sin medicamentos para rebajarlo. Urano. 2103