Argentina se ha unido ya a la cadena de consultorios MicroMédix, y en próximas fechas nuestro primer consultorio en ese país, abrirá sus puertas para ofrecer consultas presenciales. Desde el pasado 9 de noviembre de 2018, la Fundación MicroMédix dio el primer paso para transferir su tecnología a una de nuestras más queridas pacientes.
Marta Danny Kaenel, cuyo caso se convirtió en uno de éxito después de habernos solicitado «Un Estudio para tu Caso«, será la directora general de este nuevo módulo de atención.
Ella se encuentra actualmente en la fase de capacitación, aproximadamente a la mitad de un programa de entrenamiento que comprende entre otras dinámicas, el estudio de casos reales de pacientes que ella misma está atendiendo, y que le permiten reafirmar conocimientos y proponer soluciones que sus instructores deben aprobar, antes de ser puestas en práctica. Su entusiasmo y dedicación a esta iniciativa son tales, que su consultorio va a representar un hito importante en la manera en que se practica la medicina alternativa en Argentina.
Y es que la medicina alternativa de precisión, las terapias inteligentes y la tecnología que hay detrás del modelo de servicio de la Fundación MicroMédix, están marcando la diferencia entre lo que cualquier naturópata promedio está ofreciendo hoy a sus pacientes, y lo que se puede conseguir con una transferencia de tecnología basada en un convenio de uso de marca. En una videoconferencia de 20 minutos, les explicamos a los interesados en montar su propio consultorio, lo que implica combinar las técnicas de la inteligencia artificial con las de la biomedicina.
Con la transferencia de tecnología y el conocimiento que tendrás sobre el sistema que hemos creado en la Fundación MicroMédix, estarás en posibilidad de curar a tus pacientes con recetas completamente personalizadas. La propuesta completa de este nuevo enfoque de atención sanitaria, la dimos a conocer en nuestra publicación del 18 de octubre de 2018: «Medicina alternativa de precisión para poner tu propio consultorio«.
Transferencia de tecnología como alternativa a la educación formal y el subempleo
Las franquicias, al igual que la transferencia de tecnología que a menudo traen consigo los convenios de uso de marca, son estrategias que pueden convertirse en alternativas a la educación formal. Hay gente que al no poder permitirse estudiar una carrera técnica o universitaria, opta por un oficio que si bien no corresponde a un nivel de estudios académicos, puede ser digno de ser considerado una fuente de ingresos muy razonable. Las antiguas generaciones consideraban a quien optaba por la carpintería, la plomería, la herrería o algún otro oficio parecido, como alguien sin mucho porvenir.
Hoy en día esa situación ha cambiado drásticamente, como lo han hecho también las profesiones y los puestos de trabajo. Y si no pregúntele a cualquier jugador de fútbol profesional, a cuánto asciende su ingreso mensual. Aunque ahora ya existen escuelas de fútbol, en los 60´s y principios de los 70´s, si eras un apasionado de este deporte y lo practicabas literalmente hasta el cansancio, podías ganar lo suficiente como para mantener a una familia de mediano tamaño. En la actualidad hay jugadores que podrían estar ganando más que el presidente de su país.
¿Pero qué haces si tus padres no te enseñaron un oficio, estás desempleado, o si al intentar ingresar a la universidad, la explosión demográfica y el destino te niegan esa oportunidad? De un tiempo para acá, en México a los jóvenes desligados de toda actividad productiva se les comenzó a llamar «ninis«, porque ni trabajan ni estudian. Ante una situación tan alarmante como ésta, uno debe tomar cartas en el asunto, fomentando el autoempleo y reinventando los sistemas de enseñanza para formar recursos humanos especializados en disciplinas que están siendo demandadas por el sector empresarial e industrial; pero que el sector educativo no es capaz de ofrecer. Tal es el caso de la nutrición ortomolecular y la informática biomédica.
Más allá de acabar con la farmacodependencia y las enfermedades crónicas, la visión que tenemos los que laboramos en la Fundación MicroMédix es holística, porque anhelamos proporcionar bienestar no solo en lo que concierne a la salud, sino también en los ámbitos educacional y ocupacional. Una sociedad no puede estar sana si carece de educación y fuentes de trabajo. De ahí que nuestra propuesta esté siendo bien acogida por algunos hermanos hispanos con problemas similares a los nuestros.
Por otro lado, aun habiendo sido aceptado en una escuela y contando con suficientes recursos para terminar una carrera técnica o profesional, la calidad de la educación a la que un joven puede aspirar dentro del actual sistema de educación formal, deja mucho que desear. «Las escuelas de hoy matan la creatividad», dice Sir Ken Robinson (izquierda).
Para no repetir lo que ha dicho a este respecto este reconocido experto en asuntos relacionados con la creatividad y la innovación de la enseñanza en el mundo, lo invito a que vea y escuche lo que ha señalado en una de sus más amenas y populares conferencias.
No estoy diciendo que las escuelas no sirvan para nada o que los jóvenes deban olvidarse de los programas académicos tradicionales, sino más bien creo que no todas las personas nacieron para titularse como ingenieros, médicos, licenciados, arquitectos, etc. Y algo similar ocurre con las carreras técnicas que también requieren de cierta asiduidad de parte del alumnado (y ciertamente, también del profesorado). Para estar en consonancia con Sir Ken Robinson, creo que vale mucho la pena considerar una segunda alternativa al sistema de educación formal, consistente en una capacitación que permite poner manos a la obra de manera inmediata, dentro de un entorno ya no puramente académico, sino laboral.
El contacto con los problemas reales, el manejo de herramientas y la necesidad de proponer soluciones a esos problemas, hacen del educando una persona más responsable, de gran valía para su comunidad y que puede al mismo tiempo ir recuperando lo que está invirtiendo en su formación.
Marta, la propietaria del primer consultorio de medicina alternativa de precisión en Argentina, podría ya estar recuperando su inversión, por concepto de las recetas que ha entregado a sus pacientes, como resultado de las consultas que hasta este momento le han solicitado aquellos.
Esto es algo que los emprendedores denominan estrategia de «ganar-ganar«, que yo más bien llamaría la tirada del «todos ganan» (como en la pirinola), porque no estamos hablando únicamente en términos monetarios, sino también de la salud de los pacientes: ganan éstos, gana el educando por sus consultas presenciales y gana la Fundación MicroMédix por estar transfiriendo una tecnología propia y única en su género. Nótese que la ganancia final no solo redunda en la salud de un paciente, sino en la de muchos de ellos, es decir, se trata de un beneficio colectivo, de un proyecto de beneficio comunitario.
Oficios vs. transferencia de tecnología
Típicamente, un oficio se transfiere de una generación a otra, cuando el aprendiz recibe las enseñanzas de un tutor de manera informal, llegando muchas veces a constituirse más que en una técnica, en un arte. Aunque la alfarería por ejemplo requiere de cierta técnica, llega a ser un arte cuando el aprendiz imprime en cada una de las piezas que produce, lo que vendría a ser su toque personal. Es por eso que a la gama de productos elaborados por quienes practican un oficio se les acostumbra llamar artesanías.
En esencia, la transferencia de tecnología no difiere mucho de la forma en la que un tutor le enseña a su aprendiz el oficio que conoce a la perfección, puesto que en ambos casos lo que se transmite es una serie de conocimientos acumulados a los largo de los años, o sea, la experiencia y el dominio de una especialidad. Es lo que los vecinos del norte llaman el «know how», que literalmente quiere decir «saber cómo hacer las cosas». ¿Y de qué cosas estamos hablando aquí?… De recetas inteligentes y de tratamientos específicos para cada persona.
De la misma manera en la que un sastre confecciona un traje a la medida de uno de sus clientes, el técnico en informática biomédica puede confeccionar una receta acorde con la individualidad bioquímica de un paciente. Y de la misma manera en que una vez terminada su etapa de adiestramiento, un aprendiz de sastre puede adquirir una franquicia para confeccionar prendas de vestir sobre pedido, un técnico en informática biomédica puede poner su consultorio, empleando la tecnología que la Fundación MicroMédix está utilizando para confeccionar recetas: la medicina alternativa de precisión. Porque al igual que el sastre aprendió a reconocer lo que realmente funciona en su oficio, con los años, la Fundación MicroMédix ha aprendido también a identificar el tratamiento que le funciona a un paciente en particular. Si las prendas del sastre llegaran a ser muy apreciadas, este buen hombre pronto se convertiría en un famoso diseñador de modas, y es entonces cuando aprovecharía la oportunidad para crear su propia marca.
La importancia de usar la misma marca, imagen y tecnología
Después de confeccionar las recetas correspondientes a una cantidad muy respetable de casos de éxito, la Fundación MicroMédix consideró que era el momento apropiado para transferir su tecnología. Para ello, está proponiendo que sus concesionarios usen la misma marca, el mismo logotipo y los mismos colores en su papelería, en sus muebles e inmuebles; así como que todos ellos apliquen también los mismos procedimientos para generar sus recetas. Procediendo de esta manera, cada uno de los concesionarios tendrá un sello distintivo y un sistema que contrastan con lo que suelen tener, aquellos consultorios que no cuentan con un laboratorio de datos basado en el aprendizaje automático, la nutrición ortomolecular y la fitoterapia.
En el caso de nuestro consultorio en Argentina por ejemplo, las tarjetas de presentación de la Lic. Kaenel, además de sus datos de contacto, llevan impreso tanto el logotipo de los consultorios MicroMédix, como el diseño gráfico de la imagen que ahora comparte el consultorio de nuestra entrañable amiga. Y aunque oficialmente todavía no ha abierto sus puertas al público, me place comunicar que ahora Argentina ya cuenta con un módulo de atención para surtir pedidos de microdosis y suplementos, tal y como lo estamos haciendo nosotros en México.
Si bien las dimensiones, la estructura de los inmuebles y la distribución de los muebles podrían ser diferentes en cada consultorio, es imprescindible que su decoración lleve implícito el diseño de la imagen anteriormente expuesta. La idea es que cualquier persona que llegue a visitar un consultorio MicroMédix, identifque de inmediato que se encuentra en uno de ellos, y no en el consultorio del «Dr. Siteconsulté Nimeacuerdo», ¿me explico? Así por ejemplo, una vez conociendo la tecnología propia de un consultorio MIcroMédix, el concesionario podría disponer los muebles de su sala de espera como se muestra en la imagen de la derecha; pero si la decoración de las paredes de ésta no integrara los colores que nos distinguen de nuestros competidores, muy probablemente no estaríamos consiguiendo el impacto deseado.
En la imagen adjunta se presentan cuatro opciones para decorar las paredes de un consultorio MicroMédix. Aunque no es imprescindible que el decorado tenga un diseño curvilíneo como el que se ha mostrado aquí, convendría conservar la idea de la verticalidad y combinar dos o tres de estos diseños, empleando uno de ellos en una pared y otro en otra, por ejemplo. Para conseguir el efecto deseado y simplificar el trabajo, se sugiere emplear tapiz en vez de pintura, pues creemos que su aplicación aparte de ser más limpia, podría resultar más económica. Todo está en solicitar tres cotizaciones y seleccionar aquella que vaya más acorde con el presupuesto.
Para hacer cosas extraordinarias no requieres ser un experto, sino un sistema que te diga cómo proceder
Para poner tu consultorio no es requisito que seas un experto en medicina ortomolecular, inteligencia artificial o fitoterapia. Nuestro programa de capacitación está pensado para que personas con conocimientos mínimos de computación y cierta destreza para navegar en Internet, puedan aprender a instalar programas que les permitirán generar recetas y hacer diagnósticos médicos, a partir de los datos proporcionados por sus pacientes. Capturar datos y saber cómo interpretar los resultados entregados por una computadora, es todo lo que necesitarás para comenzar a trabajar en un consultorio de tu propiedad, desempeñándote como técnico en informática biomédica.
Educación en línea y autoempleo: el primer paso para echar a andar tu consultorio
Y si tu eres una persona con mucha determinación, creo que al igual que Marta, no tendrás problemas para entender cómo se elaboran las microdosis de plantas medicinales y de medicamentos alopáticos, como seguramente tampoco los tendrás para asimilar los principios de la medicina ortomolecular que posteriormente aplicarás en tu práctica clínica.
Porque si algo vas a aprender en nuestros cursos, es que hoy en día un científico de datos ya es capaz de resolver casos y producir diagnósticos, basándose en lo que dictaminaron un grupo de médicos en el pasado. Una vez que descubras los secretos de la informática biomédica, podrás extraer y aplicar a tu caso particular, el conocimiento implícito en los casos anteriormente resueltos por un gran número de naturópatas. Con un sistema que ha sido diseñado para producir resultados predecibles y consistentes, tendrás a tu disposición un modelo de servicio que tus competidores no podrán igualar, por estar haciendo las cosas que aprendieron en esas escuelas que acabaron con su creatividad.
“Nuestro actual sistema educativo agota sistemáticamente la creatividad de los niños. La mayoría de los estudiantes nunca llegan a explorar todas sus capacidades e intereses”… Sir Ken Robinson.
© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 15 de enero de 2019