Dado que todos los trastornos de la personalidad se pueden corregir con nutrientes en dosis terapéuticas, la medicación psiquiátrica se está volviendo innecesaria. Hay varios signos en un niño o un adolescente que anuncian la llegada de un posible trastorno psicogénico.
El síntoma más común que uno llega a observar es el de la depresión. Y aunque no todo adolescente deprimido llega a desarrollar una enfermedad como la esquizofrenia, la depresión podría ser un indicio de que están haciendo falta algunos nutrientes en su organismo (como la vitamina D por ejemplo), o bien de que existe toxicidad en el mismo.
La importancia de prevenir un trastorno de personalidad
El problema es que muchos padres subestiman la importancia de algunos de los síntomas que delatan el surgimiento de un trastorno de personalidad, por estar inmersos en sus diversas ocupaciones. De ahí la importancia de la prevención. Hay padres que llegan a pensar que sus hijos no podrían desarrollar un trastorno de ese tipo, y cuando menos se lo esperan se desayunan con la noticia de que uno de sus vástagos ha sido medicado con psicofármacos (medicamentos que usan los psiquiatras para controlar los síntomas de pacientes con esquizofrenia, trastorno bipolar, ansiedad, falta de atención e hiperactividad -TDAH-, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, autismo, ataques de pánico, síndrome de Down, etc). Son los padres que piensan que «una cosa así solo le ocurre a otras familias, no a la suya«. Parodiando un poco esa forma de concebir el mundo, parecería que uno posee privilegios que los demás no tienen, por llamarse como se llama, o por gozar de una posición social superior a la de aquellos que ya han pasado por una experiencia de ese tamaño.
Un trastorno de personalidad como los que mencioné anteriormente puede afectar a cualquiera, independientemente de su edad, raza, género o posición socio-económica, y haríamos bien los padres en no subestimar cualquier indicio de comportamiento anormal en nuestros hijos. Algunos pacientes han tenido que consultarnos a escondidas de sus padres, porque éstos les han dicho que todo es producto de su imaginación. Pero lo que aparenta ser pura imaginación, podría manifestarse como una verdadera compulsión, una obsesión o incluso como alucinación. Porque lo que un individuo percibe como realidad puede verse alterado por la deficiencia de ciertos nutrientes.
Como apuntaba en una publicación anterior, hasta un consumo exagerado de líquidos (polidipsia) puede provocar que un adolescente desarrolle algún tipo de psicosis por hiponatremia (niveles de sodio extremadamente bajos a consecuencia de la micción frecuente). Y si usted no se informa apropiadamente, va a creer que su hijo(a) se está volviendo loco(a) y hasta va a contemplar la posibilidad de internarlo en un psiquiátrico, cuando lo único que necesita es sodio.
En efecto mi querido lector, leyó usted bien, no necesita medicar a su hijo con antipsicóticos para combatir su hiponatremia y suprimir sus delirios, como tampoco tendría que hacerlo si el problema fuera un déficit de vitamina B12, ácido fólico, vitamina C o niacina. En nuestra sección dedicada a la Informática Biomédica puede usted encontrar también consejos para saber cómo proceder ante un primer brote de esquizofrenia por deficiencia de vitamina D. Antes de correr con el psiquiatra y de vivir la experiencia de ver a su hijo convertido en un autómata, podría darle dosis terapéuticas de vitamina D3 después de cada alimento. Para algunos niños, la vitamina D3 puede marcar la diferencia entre estar pemanentemente aislado, o llevar una vida normal, llena de satisfacciones.
Los psiquiatras y la industria farmacéutica son los responsables de la farmacodependencia
Al igual que muchos padres, la vez que presencié el estallido del primer episodio de esquizofrenia en uno de mis hijos, no tenía ni la más remota idea de cómo abordar el problema. Incluso acudí a la consulta psiquiátrica. Pero como otro miembro de mi familia ya había pasado por una experiencia similar, fui muy afortunado al recibir su consejo en relación a mi disyuntiva. Lo que escuché esa mañana a través de mi celular, mientras observaba cómo el resto de mi consternada familia se sentaba a desayunar en una fonda cercana al que alguna vez fuera el Instituto de Investigaciones Eléctricas, fue lo siguiente: «haz todo menos internarlo o dejarlo a merced de un psiquiatra… Lo que sea, menos eso«. Palabras más, palabras menos.
Esa ha sido la frase más sabia que he escuchado en toda mi vida, y es a ese ser querido a quien siempre le estaré eternamente agradecido por haberme señalado el camino que no debía seguir. Pero la frase que me indicó el camino a seguir y que me ayudó a desentenderme de las causas de la esquizofrenia para concentrarme en su solución, fue la que alguna vez pronunciara el estadista y ex-presidente de los EUA Franklin D. Roosevelt, quizás en alguna de sus aleccionadoras conferencias: «Haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés«. Esa idea ha sido para mí como un estandarte a lo largo de esta desafiante travesía por la esquizofrenia, y fue la que me impulsó a encontrar después de 7 años de intenso trabajo, la tecnología apropiada para vencerla.
Y aunque mi hijo había sanado a los cinco meses de haber iniciado su tratamiento ortomolecular, una vocecita interior me incitaba a ayudar a otras personas y a no conformarme con lo que hasta ese momento había descubierto, pues tanto ella como yo sabíamos que mi hijo podía sufrir una recaída. Y si mi esposa Lourdes y yo recurrimos en aquella ocasión a un psiquiatra, fue para conseguir el antipsicótico que necesitábamos para elaborar su microdosis, porque ya para ese entonces conocíamos todo lo relacionado con la técnica del Dr. Eugenio Martínez Bravo.
Es por eso que después de haber librado mil batallas contra la esquizofrenia, he aprendido a aconsejar a los padres de mis pacientes cómo sacar a sus hijos del abismo en el que se encuentran, ya sea escribiendo sobre los avances que hemos logrado con la psiquiatría de precisión, o bien publicando casos de estudio y de éxito que les ayudan a identificar mejor las alternativas a las que pueden recurrir, antes de verlos hundidos en la farmacodependencia.
La psiquiatría del futuro: el cambio está en manos de las nuevas generaciones
No necesitamos convertir a los psiquiatras de las generaciones anteriores, a una corriente de pensamiento propia de la actual era del conocimiento, porque en primer lugar, las viejas generaciones han sido aleccionadas por la industria farmacéutica para medicar con toda clase de anti-psicóticos, anti-convulsivos, anti-parkinsonianos, anti-hipertensivos y demás fármacos destinados a disimular los efectos secundarios que producen los medicamentos que encabezan la lista anterior. En segundo lugar, porque nuestra misión es complementar la formación de las nuevas generaciones de médicos, sean éstos o no naturópatas, con miras a generar ese cambio que queremos ver en nuestra sociedad. Lo que cabría esperar es que las nuevas generaciones de psiquiatras y médicos en general, comiencen a mirar en una dirección diferente, en esa dirección que demanda la transformación
del sistema dominante de salud metal, en un sistema de salud más limpio, exento de redituables patentes farmacéuticas y de sustancias químicas repletas de efectos calculados. Y si tu eres un estudiante de medicina o no tienes antecedentes académicos en este campo; pero de todas maneras quieres unirte a la cadena de consultorios MicroMédix, puedes montar tu propio consultorio para formar parte de esta nueva corriente de pensamiento que está proclamando un no rotundo a la farmacodependencia. Todos los detalles de esta singular propuesta los encontrarás en nuestra entrega del 18 de octubre del 2018: «Medicina alternativa de precisión para poner tu propio consultorio«.
«Tú eres el cambio que quieres ver en el mundo. Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo«…Mahatma Gandhi
© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 21 de marzo de 2019