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Corrigiendo los biomarcadores inherentes a una poliquistosis renal para evitar la hemodiálisis

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hemodiálisisEl informe que aquí presento es el resultado del estudio que desde el otro lado del mundo (concretamente desde España), nos ha encargado un paciente cuyo verdadero nombre omitiré a efectos de ocultar su verdadera identidad. Pablo, que es como lo llamaré de aquí en adelante con esa finalidad, está padeciendo una enfermedad congénita que se caracteriza por un agrandamiento progresivo de unos quistes que crecen en ambos riñones, que redunda en una insuficiencia renal y que cualquier nefrólogo diagnosticaría como una poliquistosis renal autosómica dominante (ADPKD, por sus siglas en inglés) [1], [2].

En enfermedades muy avanzadas, puede ser que los esfuerzos realizados por un naturópata a lo largo de una hora de consulta, no sean suficientes para optimizar la receta de un paciente que ya ha agotado los posibles cursos de acción. Es entonces cuando se hace necesario estudiar su caso con un enfoque diferente: si se desean resultados distintos, hay que cambiar de estrategia. Y fue así como en este estudio apelamos a los biomarcadores reportados en los exámenes de laboratorio más recientes del paciente (analíticas), para extraer de la literatura biomédica, aquellos nutracéuticos que nuestra herramienta de minería de texto recomendó, a la luz de la complejidad del caso.

La nicotinamida: el primer candidato a conformar la receta para la poliquistosis renal de Pablo

oralDado que un número considerable de expertos están convencidos de que un aumento anormal de una proteína que recibe el nombre de sirtuina 1 (SIRT1) podría ser la causante de esta enfermedad, he seleccionado a la niacinamida como el nutracéutico que encabezará la lista de suplementos que deberá tomar Pablo para mejorar su calidad de vida. Si lo que se busca es evitar las hemodiálisis y regular hacia abajo la expresión del gen que codifica a la SIRT1, lo más sensato es recurrir a la nicotinamida, mejor conocida como niacinamida (no confundir con la niacina, no es lo mismo). De acuerdo con Xiaogang Li, la inhibición de SIRT1 con nicotinamida disminuye la proliferación y aumenta la apoptosis de las células epiteliales quísticas. Al regular SIRT1 con nicotinamida se retrasa el crecimiento de quistes, se disminuye la relación entre el peso del riñón y el peso corporal y se disminuyen los niveles de nitrógeno ureico en sangre.

Los estudios a los que hace referencia Li en el capítulo 20 de su obra, son prueba fiel de que «la nicotinamida es un candidato particularmente atractivo para el tratamiento de la poliquistosis renal« [3]. Y no es casualidad que Pablo me haya reportado una cormobilidad que demanda también la administración de niacinamida. Se trata de un glaucoma. Las capturas de pantalla de las Figuras 1 y 2 confirman este hecho y dan fe de los otros dos problemas que aquejan a Pablo a sus 61 años de edad. En el apartado que sigue especifico cuáles son esos problemas y con qué los abordaremos.

Mejora del glaucoma con niacinamida

Figura 1. Evidencia de los beneficios que puede brindar la nicotinamida cuando se destina a tratar un problema de glaucoma. Los artículos se obtuvieron empleando el motor de búsqueda PubMed y el comando: nicotinamide [TI] glaucoma [TI]

Cormobilidades asociadas a la poliquistosis renal

Figura 2. Respuestas de Pablo al cuestionario que la Fundación MicroMédix empleó para recabar los datos del «Estudio para tu Caso«, el servicio que le permitió a este paciente reportar sus síntomas y cormobilidades.

¿Y para bajar la presión, prevenir una cardiopatía y disminuir la creatinina, qué?

El Micardis que el paciente informó estar tomando, es un medicamento que se prescribe para reducir la presión arterial (hipertensión) y prevenir ciertas cardiopatías, por lo que será menester agregar Coenzima Q10 a la receta de Pablo. Causalmente, este nutracéutico tiene la particularidad de reducir los niveles de creatinina, que por lo que se aprecia en la analítica de la figura 3 ha alcanzado un valor muy alto, de 2.39 mg/dL para ser exactos. A este respecto, y como prueba de que lo que aquí se está recomendando tiene poder para funcionar, en un estudio doble ciego de 21 pacientes con insuficiencia renal crónica, 15 de los cuales estaban en diálisis, Singh y sus colegas [4] descubrieron que la suplementación con 60 mg de Coenzima Q10 tres veces al día durante cuatro semanas mejoraba significativamente tres importantes biomarcadores de la función renal, entre los que destacaban el nitrógeno ureico en sangre, la creatinina sérica y el aclaramiento de creatinina. Al comparar los resultados obtenidos con el placebo, concluyeron que la administración de coenzima Q10 podía eliminar la necesidad de diálisis en algunos pacientes (ob. cit.).

Biomarcadores

Figura 3. Análisis de laboratorio proporcionados por el paciente, en donde al 20 de junio de 2022, ya se apreciaban valores muy elevados de creatinina, urea y ácido úrico.

Combatiendo la uremia con piridoxina (vitamina B6)

Hay varios estudios que justifican ampliamente la administración de piridoxiona para tratar eficientemente la uremia. Laso y otros estudiosos del tema por ejemplo, han señalado que «los datos obtenidos parecen indicar que la administración de vitamina B6 a pacientes con insuficiencia renal crónica debe valorarse no sólo para corregir el déficit, sino también para aumentar la concentración de piridoxal fosfato intracelular, lo que podría modificar el posible deterioro funcional a nivel de las apoenzimas que utilizan piridoxal» [5].
Por su parte, Lacour y sus colaboradores llegaron a la conclusión de que «los pacientes urémicos tienen un estado deficiente de vitamina B6. Su corrección con piridoxal para restaurar la concentración fisiológica de PLP en plasma requiere la suplementación oral de dosis más bajas que las que normalmente se usan en la actualidad» [6]. Por último, vale tomar muy en cuenta los resultados que Piedra y otros investigadores obtuvieron, después de una ardua labor de investigación, los cuales «indicaron que los pacientes urémicos tienen deficiencia de vitamina B6 y que los que se someten a hemodiálisis pueden tener cantidades reducidas de la apoenzima EGOT» [7] (las negritas son mías),

Correlación entre la tasa de filtración glomerular y la vitamina D

Figura 4. Evidencia de que existe una correlación positiva entre la deficiencia de vitamina D y las tasas bajas de filtrado glomerular

La reducción del ácido úrico se consigue con vitamina D y ácido ascórbico

Si no es posible reducir el ácido úrico con ácido fólico, entonces puede ser que las vitaminas C y D lo consigan. A continuación presento al menos dos evidencias de que ambos nutracéuticos administrados en dosis terapéuticas, cumplen con este cometido. La primera de ellas está representada por los hallazgos de Gao y colaboradores. Estos investigadores encontraron que «una mayor ingesta de vitamina C se asoció con una menor prevalencia de hiperuricemia (ácido úrico sérico > 6 mg/dl)» [8]. Para no quedarse atrás, y dando fe de que la vitamina D también cumple con lo prometido en el subtítulo de este apartado, Ponvilawan & Charoenngam han propuesto que «la elevación del ácido úrico sérico puede ser un marcador de deficiencia de vitamina D y/o que el hiperparatiroidismo y la detección y el tratamiento de la deficiencia de vitamina D pueden estar justificados en pacientes con hiperuricemia» [9], [10]. Y aunque en las analíticas que me hizo llegar el naturópata de Pablo la deficiencia de vitamina D3 no parece ser crítica, su nivel está muy próximo al límite de referencia inferior. Además, como veremos en el apartado que sigue, la vitamina D3 contribuirá a reducir de manera muy importante el nivel de uno de los biomarcadores que más relevancia tiene en la deficiencia renal: la tasa de filtración glomerular.

La deficiencia de vitamina B6 reduce la tasa de filtración glomerular

Figura 5. Correlación positiva entre la deficiencia de vitamina B6 y la tasa de filtrado glomerular

Lo que más preocupa: una tasa de filtración glomerular gravemente disminuida

Una lectura cuidadosa de las figuras 4 y 5 revela cómo es factible aumentar la tasa de filtración glomerular,  con una suplementación basada en vitamina D3 y piridoxina. La evidencia de una correlación positiva entre la ingesta de vitamina D y la tasa de filtración glomerular está ahí, independientemente de si se tiene o no una deficiencia de vitamina D3. Si Kim y sus colaboradores están en lo correcto, espero resulte claro que mientras las dosis de esta vitamina se mantengan altas (más cercanas al valor superior de referencia), mayor será la tasa de filtración glomerular estimada (denotada en el artículo de la figura 4 como eGFR). Sobra decir que dicha aseveración se desprende del hecho de que toda deficiencia de vitamina D, según estos autores, trae consigo una disminución de la eGFR, que en el caso de Pablo ha alcanzado un valor crítico, según se ve en la figura 6.  En lo que toca al artículo de la figura 5, de acuerdo con los hallazos de Wolfson y sus colegas, un criterio similar aplica para el caso de la piridoxina.

Filtrado glomerular gravemente disminuido

Figura 6. Filtrado glomerular en escasos 26 ml/min/1.73m2

La N-acetilcisteína (NAC) como alternativa para el tratamiento de la hiperhomocisteína en la enfermedad renal crónica

Si el ácido fólico y la vitamina B12 no fueran suficientes para bajar los niveles de homocisteína, la N-acetilcisteína es una alternativa muy prometedora. En la figura 7 muestro evidencia de cómo con este nutracéutico, no solo se satisface este requisito, sino que se reduce también el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.

La NAC como alternativa en la insuficiencia renal crónica

Figura 7. La NAC constituye una buena opción para disminuir la homocisteína en pacientes con insuficiencia renal crónica

¿Qué puede hacer Pablo para disminuir una proteína C reactiva que ha alcanzado los 10 mg/L?

Presentando una proteína C reactiva con este valor, lo mejor que le puedo recomendar a Pablo, además de dejar de fumar tabaco y marihuana, es tomar L-carnitina como si se fuera a acabar. Bueno, esto es un decir, porque anteriormente ya le había yo prescrito una dosis de 2 cápsulas de 1 gramo tres veces al día con el estómago vacío, y al parecer, no han sido suficientes. Seis gramos diarios de L-carnitina es lo que un paciente con diálisis tomaría para aliviar varios de sus síntomas, y estoy seguro de que Pablo ha estado tomando esa cantidad en la forma y en las condiciones que he descrito con anterioridad. Digo esto no tanto porque suponga yo que un paciente va a estar al tanto de cómo hay que interpretar la información nutricional de un fabricante, sino porque sé que su naturópata es muy competente y de que ha estado muy pendiente de su evolución. En realidad, lo que pretendo hacer a continuación es aprovechar este espacio para invitar al consumidor en general, a que se fije bien en las especificaciones de los productos que está planeando adquirir.

L-carnitinaPara ello, voy a ilustrar lo que quiero decir tomando como ejemplo el suplemento de L-carnitina (derecha) que ha estado usando Pablo para disminuir su proteína C reactiva (PCR). De acuerdo con la etiqueta del fabricante, el tamaño de la porción de su producto es de 2 cápsulas y la cantidad por porción especificada asciende a 1,000 mg de L-carnitina. Una información nutrimental con estas características está implicando que cada cápsula contiene 500 mg de L-carnitina (cantidad por porción/tamaño de la porción=1,000/2 mg), lo que a su vez significa que lo que tomó Pablo durante aproximadamente 6 meses fueron 4 cápsulas 3 veces al día, es decir, 4 x 500 mg x 3 = 6,000 mg diarios de L-carnitina, cantidad que coincide con lo que yo en su momento recomendé. Lo mismo aplica para cualquier nutracéutico que Pablo u otro de mis pacientes esté tomando. Si después de esta pequeña disgresión Pablo me confirmara que efectivamente estuvo tomando su L-carnitina de conformidad con lo que acabo de describir, lo que procedería entonces es abandonar la idea de la L-carnitina oral y optar por una forma ciertamente diferente de este mismo aminoácido, es decir, por un propionilo L-carnitina administrado por la vía intravenosa [11] (ver el detalle de la posología en la receta).

Receta alternativa para la poliquistosis renal autosómica dominante

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Portada de la receta para la poliquistosis renalPara complementar la receta que integrará todos los nutracéuticos analizados a lo largo de este estudio, consideraré tan solo dos elementos más: hierro liposomal y cardo mariano. El primero porque en la analítica que me hizo llegar el naturópata de Pablo, aparece con un valor muy bajo (41 mcg/dL), y el segundo porque existe también en las analíticas pasadas, evidencia de una Poliquistosis hepática. Las dosis de cada uno de los nutracéuticos analizados a lo largo de ese informe, los horarios a los cuales los deberá tomar Pablo, así como las veces que diariamente deberán administrarse, las he especificado en la receta que aparece a la izquierda. Asimismo, es importante señalar que a la dieta recomendada en el primer apartado de la receta, la cual excluye lácteos, azúcares, gluten, cafeína y alcohol, habrá que añadir la restricción de proteínas (sobre todo carnes) y alimentos ricos en potasio. Si usted no es Pablo y padece de poliquistosis renal, puede realizar la descarga de la receta teniendo presente que lo que he recomendado aquí, podría variar en su caso particular (la descarga incluye una hora de consulta para personalizar la receta).

© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 1 de agosto de 2022.


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REFERENCIAS

[1] Ters et al. Biological Efficacy and Safety of Niacinamide in Patients With ADPKD. Kidney International Reports. 2020 Aug; 5(8): 1271–1279.
[2] Adlouni & Hertig. La vitamine B3 pour prévenir la polykystose rénale autosomique dominante. Néphrologie & Thérapeutique. Volume 10, Issue 3, June 2014, Pages 183-185
[3] Xiaogang Li. Polycystic kidney disease. Chapter 12: Epigenetics in ADPKD: Understanding Mechanisms and Discovering Treatment. Department of Internal Medicine, University of Kansas Medical Center, Kansas City, KS 66160, USA. Nov 18, 2015.
[4] Singh RB, Khanna HK, Niaz MA. Randomized, double-blind placebo-controlled trial of coenzyme Q10 in chronic renal failure: discovery of a new role. J Nutr Environ Med 2000;10:281-8.
[5] F J Laso et al. Vitamin B6 status in uremia. Klin Wochenschr. 1990 Feb 1;68(3):183-6.
[6] B Lacour et al. Pyridoxal 5′-phosphate deficiency in uremic undialyzed, hemodialyzed, and non-uremic kidney transplant patients. Clin Chim Acta. 1983 Jan 24;127(2):205-15.
[7] Piedra WJ et al. Vitamin B6 deficiency in uremia. Am J Clin Nutr. 1975 Sep;28(9):950-7.
[8] Gao et al. Vitamin C intake and serum uric acid concentration in men. J Rheumatol. 2008 Sep; 35(9): 1853–1858.
[9] Ponvilawan & Charoenngam. Vitamin D and uric acid: Is parathyroid hormone the missing link?. J Clin Transl Endocrinol. 2021 Sep; 25: 100263.
[10] Charoenngam N., Ponvilawan B., Ungprasert P. Vitamin D insufficiency and deficiency are associated with a higher level of serum uric acid: A systematic review and meta-analysis. Mod Rheumatol. 2020;30(2):385–390.
[11] Signorelli et al. Propionyl-L-carnitine therapy: effects on endothelin-1 and homocysteine levels in patients with peripheral arterial disease and end-stage renal disease. Kidney Blood Press Res. 2006;29(2):100-7.

Autor: micromedix

Sergio López González. Ing. en Informática Biomédica

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