Para que un tratamiento funcione, hay que implicarse personalmente en el proceso curativo. Al igual que la fe, la esperanza y las creencias positivas, el conocimiento puede curar, porque de alguna manera, todos esos son factores que propician la respuesta a la relajación y el efecto placebo [1].
En lo concerniente al conocimiento, recuperar la salud implica identificar las causas de la enfermedad que a uno le preocupa, y conocer a fondo el teje y maneje de un tratamiento alternativo que funciona para dicho padecimiento. Sucede que en nuestro caso ese tratamiento funciona, y es ortomolecular (nutrientes en dosis terapéuticas). Sigue leyendo