Shearson Lehman está firmemente convencido de que «el compromiso es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones» [1]. Y efectivamente así es. Los pusilánimes no te firman un convenio o empeñan su palabra en una carta compromiso para hacerte saber de qué están hechos y hasta dónde pueden llegar. Hay quienes hablan con una retórica que jurarías te pueden vender un abrigo de pieles en pleno verano Sigue leyendo