Los síntomas de varias enfermedades crónicas pueden mejorar y a veces hasta desaparecer, tan solo con excluir de la dieta, el azúcar, el gluten, los lácteos y los estimulantes.
Al igual que los suplementos y las expectativas que un paciente tiene en relación a un tratamiento, la dieta también juega un papel crucial en su recuperación. No basta complementar la alimentación con vitaminas, minerales y antioxidantes. Una dieta bien concebida, puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de un tratamiento.
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