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Corrigiendo el comportamiento violento con psicobióticos

2 comentarios

Psicobióticos para el comportamiento violento
abogado litiganteCuando se trata de minimizar la gravedad de un delito los abogados suelen alegar demencia, de tal manera que desde el punto de vista jurídico, al que ha cometido un crimen le va mejor si se demuestra que está afectado de sus facultades mentales. Sin embargo, pregunto: ¿Y el delincuente que no ha sido declarado mentalmente incompetente, no debería ser considerado un demente también,  por haber violentado a un semejante? Haciendo a un lado las atenuantes, creo que un jurado más realista calificaría a ambos individuos como enfermos mentales. Desde la perspectiva de las redes sociales, diríamos que tanto está enfermo(a) el que golpea a su pareja y a sus hijos, como la que acosa a  su prójimo, como el que arroja un perrito indefenso a un cazo con aceite hirviendo, o como la que mata a balazos a su suegra.

No sé si me estoy explicando. Cualquiera que ataque a un semejante de esa manera, no necesita ser examinado por un psiquiatra ni enfrentar un juicio penal para que la sociedad se de cuenta de que un individuo con esas características necesita ayuda profesional. Y lo que quiero decir aquí por ayuda profesional  no es precisamente un cóctel de antipsicóticos plagado de efectos secundarios, sino una combinación de probióticos alimentados con prebióticos: fibra, almidones resistentes y polifenoles (véase también el artículo que intitulé «Microbios que curan«).

Las posibles causas de la conducta violenta y su solución

alimentos fermentadosLas prisiones estarían menos saturadas si la gente en lugar de medicarse con antipsicóticos y antibióticos, lo hiciera con nutracéuticos complementados con prebióticos, alimentos fermentados y probióticos. Lo que pasa es que los antibióticos no solo aniquilan a las bacterias patógenas sino también a las bacterias que producen butirato, que son las que nos defienden de la mayoría de las enfermedades. Por su parte, los antipsicóticos cambian la composición de las microbiotas de quienes los consumen, ocasionando con ello un fenómeno ampliamente conocido como disbiosis. La disbiosis no es otra cosa que el desequilibrio entre las bacterias que son patógenas (en exceso) y las que no lo son, como los géneros lactobacillus y bifidobecterium.

Así por ejemplo, en un estudio de 24 semanas de tratamiento con risperidona, Yuan X y su equipo de colaboradores notaron que al término del ensayo, hubo grandes aumentos en el número de especies de Bifidobacterium y de E. coli en las heces de los sujetos analizados, así como disminuciones significativas en el número de especies de Lactobacillus y Clostridium coccoides [1].

violencia en la infanciaEste hecho por sí solo probablemente no resulta tan impactante como cuando lo relacionamos con lo que han reportado Claudia L. Charles Niño y otros investigadores a propósito de cómo un comportamiento violento en la infancia, puede estar asociada con un aumento de cortisol [2]. En este documento ellos argumentan que «esta conducta puede ser modulada con la administración durante al menos un mes de Lactobacillus helveticus y Bifidobacterium longum (Leclercq et al., 2016). Esto, dicen ellos, «se demostró en un ensayo clínico en un grupo de pacientes que disminuyeron sus niveles de cortisol en orina y mejoraron sus índices de la escala de ansiedad hospitalaria al mejorar su ansiedad, irritabilidad y hostilidad posterior a la administración del probiótico» (ob. cit., las negritas son mías).

Si tiene usted un hijo que ha sido medicado con risperidona por un tiempo prolongado, con toda seguridad habrá notado que de un tiempo para acá se ha vuelto violento. De acuerdo con la narrativa de los dos párrafos anteriores, ¿no será que la risperidona ha acabado con la población de Lactobacillus y que de acuerdo con Leclercq su hijo esté necesitando reponer esa deficiencia con una buena dotación de Lactobacillus helveticus? Tan solo para estar en consonancia con lo que Yuan X y su equipo descubrieron, creo que valdría la pena intentarlo.

psicobiótico comercialConsígase un suplemento que contenga unos 10 billones de UFCs (unidades Formadoras de Colonias) de L. helveticus y dele una cápsula a su hijo en ayunas (al menos 30 minutos antes del desayuno) y luego otra a las dos horas después de la comida, diariamente. Para mantener la agresividad a raya, agregue a la cepa anterior las especies Bacillus subtilis, Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium lactis, porque, entre otros muchos beneficios, estas cepas contribuirán a corregir el comportamiento violento, así como a mejorar la memoria, la función cognitiva y el estado de ánimo de su familiar.

Sea como Gandhi: promueva la no violencia

La combinación de probióticos recién descrita se conoce como terapia de psicobióticos, precisamente porque está compuesta de varios organismos vivos que, al ingerirse en cantidades adecuadas, producen un beneficio en la salud de los pacientes que padecen una enfermedad psiquiátrica [3]. Observe que no agregué la especie Bifidobacterium longum porque estoy suponiendo que en el experimento de Yuan, la risperidona debió haberla aumentado significativamente. Como sea, «existen algunos datos que indican que la risperidona afecta negativamente a la microbiota intestinal, promueve la inflamación e incrementa el peso corporal» [4].

risperidonaComo ya habrá usted advertido, el problema con la risperidona y otros tantos psicotrópicos es que aumentan algunas cepas pero acaban con otras que generalmente son benéficas para la salud, justamente como lo hacen los antibióticos. De hecho, la mayoría de los antipsicóticos tienen propiedades antibióticas y son más letales contra algunas bacterias que contra otras, lo que nos obliga a administrar probióticos durante los tratamientos basados en ese tipo de medicación, con la finalidad de aliviar la permeabilidad intestinal que ésta produce: un efecto secundario que un psiquiatra jamás les revelará a sus pacientes por obvias razones. A este respecto, Jiang y otros colegas suyos señalaron que «en los seres humanos, la disbiosis de la microbiota intestinal inducida por el estrés conduce a la permeabilidad intestinal, lo que posteriormente afecta el curso clínico de los trastornos neuropsiquiátricos, aumentando la frecuencia de la agresión y los comportamientos violentos relacionados» [5] (las negritas son mías).

Y eso lo he traído a colación para que usted no se vaya a quedar con la idea de que el Bacillus subtilis solo se usa para calmar a las gallinas ponedoras (como sugiere el título del artículo recién referido); también resulta útil a la hora de tranquilizar a los adolescentes que han sido diagnosticados con «trastorno límite de la personalidad«.

pollos enjauladosCuriosamente, las gallinas producen menos huevos cuando se les obliga a permanecer en un medio ambiente hostil, como sucede en las granjas altamente industrializadas, en donde sus propietarios las encierran en jaulas de tamaño bastante reducido y agregan antibióticos al alimento de los pollos para que éstos engorden más, y más rápido. En un entorno así, los animales se vuelven agresivos en detrimento de su productividad. Análogamente, no deberíamos esperar un comportamiento humano ecuánime en las poblaciones  de bajos recursos, mientras sus miembros intentan adaptarse a un ámbito caracterizado por el hacinamiento en viviendas muy precarias, en donde aparte de carecer de los servicios básicos, tienen que lidiar a diario con la pobreza, la desesperanza, el desorden y la promiscuidad.

Asimismo, en los demás estratos socio-económicos no se le puede pedir a alguien cordialidad mientras se encuentra en medio de un embotellamiento de tráfico, ha sido afectado por una manifestación, lo acaban de asaltar, o está pasando por un divorcio, una decepción amorosa, un abuso sexual, un acoso escolar/laboral (bulling), una discriminación de género; en fin, una serie de circunstancias que sabemos pueden desencadenar conductas violentas en los seres humanos. Creo que en muchos aspectos nos parecemos a los pollos de engorda, y aunque no manifestamos nuestro descontento a picotazos, bien que recurrimos a las palabras altisonantes, las amenazas, la ironía, los golpes y en casos extremos, a las armas.

embotellamiento

Recapitulando: la permeabilidad intestinal y la disbiosis son dos de los principales causantes de los trastornos mentales, incluido el comportamiento violento, y si queremos mantenernos alejados de los abogados y los tribunales de justicia, tendremos que dotar a la microbiota de aquellas cepas que se sabe producen la mayoría del butirato que se halla en nuestros intestinos.

¿De qué se alimentan los habitantes menos violentos del planeta?

Los japoneses, los escandinavos y los habitantes de los países que rodean el mar mediterráneo son justamente aquellos que poseen las tasas de mortalidad por violencia más bajas del mundo, siendo Japón el que ocupa el primer lugar (véase la captura de pantalla de la figura 1). ¿Por qué será?

La violencia en el mundo

Figura 1. Los países que se encuentran coloreados en gris, corresponden a los que poseen las tasas más bajas de mortalidad por conducta violenta. Obsérvese como México, algunos países latinoamericanos y del continente africano, albergan a las poblaciones más violentas. Fuente: https://www.worldlifeexpectancy.com/world-rankings-violence-vs-suicide

Pues sucede que los japoneses tienen la esperanza de vida más alta del mundo y no es precisamente porque se la pasen visitando restaurantes de comida rápida y degustando alimentos chatarra, sino porque han aprendido a equilibrar muy bien los carbohidratos, las grasas y las proteínas contenidas en sus alimentos, agregando asimismo una considerable cantidad de alimentos fermentados, tales como el natto, la salsa de soja, el miso y una buena cantidad de encurtidos. Comen mucho pescado, arroz, verduras frescas y algas marinas.

Mapa mundi de la felicidadLos escandinavos (suecos, daneses, noruegos, finlandeses e islandeses) «son harina de otro costal» : han desarrollado una dieta muy singular que consta de porciones muy generosas de fibra, frutas, frutos secos, verduras, aves y pescado. La denominada dieta mediterránea balancea muy bien sus nutrientes, concentrándose más que todo en los beneficios de las verduras. Sus alimentos fermentados incluyen algunos lácteos como el yogur y el queso. Los mediterráneos no subestiman para nada el pescado, la fruta, el aceite de oliva y los frutos secos. Ahora bien, pregunto nuevamente: ¿ Y los pobladores identificados como los menos violentos serán más felices que el resto del mundo?  A juzgar por la captura de pantalla que aparece a su izquierda, la respuesta es un rotundo sí en el caso de los escandinavos, más no así  (o no tanto) para los japoneses y los mediterráneos. Los finlandeses son los más felices, los afganistanos los menos.

Pero como lo que nos interesa aquí es optimizar el bienestar general de nuestros pacientes, en mi próximo artículo estaré analizando cómo aumentar su nivel de felicidad con psicobióticos, asumiendo que existe una correlación inversa entre el grado de depresión y el nivel de felicidad que ellos(ellas) tiene en un momento dado.

Así que ya lo sabe, tanto una buena selección de probióticos como una alimentación estilo «japonescandi-mediterránea» podría provocar un cambio en su comportamiento, aun no estando enfermo de nada, y con mayor razón si lo está. Con todo, no hay que olvidar que de alguna manera, «de enojón, poeta y loco» todos tenemos un poco.

«La paz comienza con una sonrisa«… Madre Teresa de Calcuta
© Sergio López González. Fundación MicroMédix. 6 de septiembre de 2023


REFERENCIAS

[1] Yuan X, Zhang P, Wang Y, et al. Changes in metabolism and microbiota after 24-week risperidone treatment in drug naïve, normal weight patients with first episode schizophrenia. Schizophr Res. 2018;201:299–306.
[2] Claudia Lisette Charles Niño, Fernando Antonio Velarde Rivera e Iván isidro Hernández Cañaveral. Influencia de los microorganismos en la conducta violenta. Conducta violenta. Impacto biopsicosocial. Universidad de Guadalajara. 2016
[3] Scott C. Anderson, John F. Cryan y Ted Dinan. La revolución psicobiótica. La nueva ciencia de la conexión entre el intestino y el cerebro. National Geographic. 2020
[4] Skonieczna-Żydecka K, Łoniewski I, Misera A, Stachowska E, Maciejewska D, Marlicz W, Galling B. Second-generation antipsychotics and metabolism alterations: a systematic review of the role of the gut microbiome. Psychopharmacology (Berl). 2019 May;236(5):1491-1512.
[5] Jiang S, Hu JY, Cheng HW. The Impact of Probiotic Bacillus subtilis on Injurious Behavior in Laying Hens. Animals (Basel). 2022. Mar 30;12(7):870.


Autor: micromedix

Sergio López González. Ing. en Informática Biomédica

2 pensamientos en “Corrigiendo el comportamiento violento con psicobióticos

  1. Muy cierto. !
    Si fuéramos mas inteligentes , no dejaríamos que nuestros amados seres sean víctimas de tan atroz barbarie !
    No comenzarlos es la clave , después que lo tomas se vuelve un caos infinito. 😭

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