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En la esquizofrenia, el que podría estar fallando es el segundo cerebro: la microbiota intestinal

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En la esquizofrenia lo que podría estar fallando es la microbiota
Roger W. SperryLa idea de que el cerebro está dividido en dos partes siempre ha inquietado a los científicos. Paul Eugen Bleuler por ejemplo, un psiquiatra suizo a quien se le atribuye haber acuñado la palabra esquizofrenia, creía que los pensamientos y los sentimientos de las personas diagnosticadas con demencia precoz, estaban desligados. De ahí que haya recurrido a las raíces griegas schizein y phren para englobar en una sola palabra lo que él quería dar a entender: una mente escindida (esquizo-frenia). De manera muy independiente, un neurobiólogo estadounidense de nombre Roger Wolcott Sperry (derecha), ganó el premio nobel en 1981 por sus trabajos sobre el cerebro de dos hemisferios. Aunque la mente escindida de su modelo no suponía en principio la existencia de una patología, realizó pruebas en animales para comprobar la hipótesis de que «el cerebro partido se comporta como dos cerebros separados» [1].

Para Sperry, las epifanías (destellos de lucidez) provenían del lado derecho del cerebro, donde se da el pensamiento creativo, imaginativo e intuitivo. De acuerdo con su modelo, al hemisferio izquierdo le correspondía manejar el pensamiento lógico, analítico y racional. No leí su biografía completa; pero quiero pensar que este portento de la medicina nunca sintió «maripositas» en el estómago durante las primeras etapas de sus conquistas amorosas; que jamás sintió el dolor de estómago que sigue a la experiencia de haber recibido una profunda impresión, un susto, o una mala notica; y que tampoco cruzó por su mente, la idea de que las epifanías, las corazonadas y los presentimientos podían tener su origen en su intestino; porque de haber sido así, él hubiera sido el pionero de la hipótesis moderna del eje intestino-microbiota-cerebro.

Eric KandelTuvieron que pasar casi dos décadas para que Eric Kandel (izquierda) echara por tierra la hipótesis de Sperry, al plantear un nuevo paradigma.  Fue así como a principios de este siglo se creyó que los pensamientos no solo fluían entre derecha e izquierda, sino también de abajo hacia arriba, de lo profundo a la superficie, de atrás hacia adelante, en fin, se trataba de un modelo en donde la imaginación, la intuición, la creatividad, el análisis, la lógica y el raciocinio se dispersaban hacia diferentes lugares del cerebro. En concreto, es un enfoque que toma las funciones del modelo de Sperry y las esparce en múltiples mosaicos a lo ancho y largo de un cerebro único (ob. cit.). Y como más adelante veremos, a Kandel tampoco se le ocurrió que los microbios alojados en sus intestinos, podían ser muy bien los responsables de toda esa intuición (gut feeling) que lo llevó a formular su modelo de «memoria inteligente» y que le permitió ganar en el año 2000, el tan preciado premio Nobel.

frasco de butirato de sodioLo interesante de esta historia es que tanto Sperry como Kandel tenían razón,  en el sentido de que el cerebro está separado, y muy probablemente en más de dos partes. En lo que ambas eminencias erraron fue en el lugar en donde residían los hemisferios y los mosaicos de sus respectivos modelos. Hoy sabemos que efectivamente el cerebro está dividido en dos partes, la que tenemos en la cabeza y la microbiota intestinal, ambas separadas por el eje intestino-cerebro. Sin embargo, a juzgar por lo que escribí sobre el tema Psicobióticos para la depresión, fueron los referentes que cité en esa publicación (y otros muchos más) los que desarrollaron lo que Sperry y Kandel no alcanzaron a vislumbrar: el hecho de que no se trataba de un solo cerebro, sino de dos y de que éstos no se encontraban en el mismo lugar. Esta hipótesis ya era bastante popular mucho antes de que diera yo a conocer nuestra «Receta mejorada con medicina ortomolecular para curar la esquizofrenia«, y si en ese entonces ya la habíamos mejorado, hoy la vamos a mejorar aún más, ya sea alimentando con butirato a nuestro segundo cerebro (la microbiota intestinal), o bien dejando que nuestras amigas las bacterias lo produzcan en cantidades suficientes.

Peligro: fugas en la tubería intestinal 

En el artículo que cité con anterioridad hablé de cómo la disbiosis y la permeabilidad intestinal son los principales causantes de muchos trastornos de personalidad, incluyendo la esquizofrenia y el autismo; y aunque recomendé un tratamiento a base de enemas de probióticos, no especifiqué las cepas que podrían tomarse para  incrementar la producción del más preciado de los ácidos grasos de cadena corta: el butirato.

El butirato alivia la permeabilidad intestinal

Figura 1: Captura de pantalla obtenida con Voyant: una de las herramientas que utilicé para extraer texto (text mining) biomédico.

Lo que corresponde ahora es extraer texto de la literatura biomédica para encontrar las cepas que podrían ayudar a los pacientes con síntomas de esquizofrenia. Hay básicamente tres maneras de sanar una microbiota con fugas, es decir, una permeabilidad intestinal (ver figura 1). Se trata de fugas de toxinas y macromoléculas (ej., el gluten) que se ha confirmado producen inflamación tanto en el segundo cerebro (el intestino) como en los demás órganos implicados, incluido el primer cerebro. La primera opción es administrar butirato de sodio en cápsulas. La segunda consiste en administrar también por la vía oral, probióticos y prebióticos que sabemos producirán las mayores cantidades de butirato. El último curso de acción es apegarse a una dieta mediterránea como la que más adelante estaré recomendando.

El butirato de sodio administrado como suplemento en cápsulas

Después de buscar con varias palabras clave algo que valiera la pena (curiosamente esquizofrenia y lactobacillus no arrojaron nada interesante), ingresé en la ventana de CONTEXTOS de Voyant, la palabra clave psicosis,  y lo que encontré fue lo que se puede leer en la ventana LECTOR (ver figura 2). El contexto ampliado dice así: «ahora tenemos antipsicóticos que actúan sobre la psicosis producida por otros fármacos como la fenciclidina, conocida también como PCP* o polvo de ángel. En estos casos, las personas que tomaron polvo de ángel para colocarse, en lugar de ello, se tornaron psicóticas, con un cuadro completo de alucinaciones, automutilación y paranoia […] Antipsicóticos como el lorazepam pueden ayudar a estas personas; pero, de manera sorprendente, también pueden hacerlo los microbios. El butirato, el ácido graso creado por ciertas bacterias del intestino, puede provocar la rápida desaparición de esta psicosis inducida por drogas, lo que sugiere una posible conexión entre las bacterias intestinales y todos los tipos de psicosis, no solo la depresión o la ansiedad» [2] (las negritas son mías).

Las bacterias que producen butirato pueden aliviar la psicosis

Figura 2. El papel del butirato en el tratamiento de uno de los síntomas positivos de la esquizofrenia: la psicosis. Fuente: texto biomédico extraído con Voyant (software para text mining), a partir de 13 fuentes relacionadas con el tema.

De conformidad con lo anterior,  si tiene usted un familiar con síntomas de esquizofrenia, ya puede usted ordenar uno o más frascos de butirato de sodio, sin temor a que éste pueda ocasionarle efectos secundarios. Sin embargo, antes de salir corriendo a la tienda naturista más cercana, procure concertar una cita para que juntos determinemos cuál sería la dosis apropiada en su caso particular. Por favor, no se automedique con butirato ni con cualquier otro nutracéutico si no conoce a la perfección su mecanismo de acción.

Simbióticos con gran capacidad para producir butirato

Se les llama simbióticos a los suplementos que combinan en una o más cápsulas, cierta cantidad de probióticos y prebióticos. Concentrémonos primero en los psicobióticos, que no son otra cosa que los probióticos que se destinan a tratar específicamente las psicopatologías, conocidos también como trastornos de personalidad.

Relación esquizofrenia-butirato-L rhamnosus

Figura 3. Aquí se confirma cómo la especie Lactobacillus rhamnosus y los prebióticos (columna izquierda de la tabla) pueden beneficiar a los pacientes con síntomas de esquizofrenia. Fuente: Arrowsmith (sofware de minería de texto para extraer conocimiento de la base de datos de PubMed)

Para conocer las cepas que podrían beneficiar a los pacientes con síntomas de esquizofrenia realicé una inspección más en la misma ventana de CONTEXTOS de voyant, tratando de encontrar ahora al menos una cepa productora de butirato. Para mi sorpresa, en la página 212 de la obra de Anderson et al. (ob. cit.), encontré que «La L. rhamnosus puede aliviar el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en ratones. Disminuye los niveles de corticoesteroides, lo que reduce los niveles de estrés, y produce ácidos grasos de cadena corta, entre ellos el butirato, que alimentan y curan el intestino. Asimismo, el butirato puede penetrar la BHE, donde actúa como antidepresivo«.

No conforme con eso, quise buscar más fuentes que me confirmaran lo que había encontrado en la Revolución Psicobiótica. En la figura 3 muestro lo que mi otra herramienta de minería de texto (Arrowsmith) desplegó, después de ingresar los conjuntos de literaturas psicosis (A) y rhamnosus (C). Se infiere de la figura que la cepa Lactobacillus rhamnosus GG tiene en efecto la habilidad de producir butirato. De acuerdo con lo expuesto anteriormente, esa capacidad hace de esta especie una de las mejores candidatas para tratar la psicosis.

Efectos de L rhamnosus y B animalis en la esquizofrenia

Figura 4. Bifidobacterium animalis (BB12) también podría ayudar a sellar las fugas gastrointestinales (permeabilidad intestinal)

Independientemente de la neuroinflamación ocasionada por la permeabilidad intestinal, un estudio realizado por ocho investigadores chinos encabezados por Li X reveló que «los niveles séricos elevados de ácido butírico podrían estar asociados con una respuesta favorable al tratamiento en el primer episodio de esquizofrenia sin tratamiento previo» [3].
Otras pesquisas más al combinar ambas herramientas de extracción de texto (de las cuales solo presento una más en la Figura 4 para no extenderme mucho en los detalles técnicos), me condujeron a concluir que además de la L. rhamnosus (GG) y la Bifidobacterium animalis (BB12), existen otras cepas que también podrían resultar de utilidad, aunque por el momento la mayoría de ellas todavía no se encuentran disponibles en las estanterías de las tiendas naturistas. Hablo de Clostridium butyricum, Faecalibacterium prausnitzii, Roseburia intestinalis, Eubacterium rectale y Butyricicoccus pullicaecorum.

prebiotinLos prebióticos como el que aparece a la derecha [4], también podrían marcar la diferencia entre escuchar voces y actuar como una persona que nunca ha experimentado alucinaciones auditivas (véase el artículo en la columna izquierda de la tabla de la figura 3). Los prebióticos son carbohidratos no digeribles que las bacterias del intestino grueso fermentan y que pueden ser aprovechadas por las bacterias beneficiosas del anfitrión. Los prebióticos incluyen sustancias como los galactooligosacáridos (GOS), los fructooligosacáridos (FOS), la inulina, el almidón resistente y otras fibras dietéticas solubles (ojo: no todas las fibras dietéticas son prebióticas). Las fuentes naturales de prebióticos incluyen frutas y verduras como el plátano verde, los espárragos, los puerros, la achicoria, así como ciertos cereales sin gluten, alimentos que dicho sea de paso son cada vez más escasos en el mundo occidental.

La dieta mediterránea

El último método, y no por ello el menos importante, es apegarse a una dieta que provoque cambios en la microbiota . Existe evidencia de que la adherencia a una dieta mediterránea, así como una menor ingesta de carnes procesadas y grasas trans, protegen contra la inflamación. Los mecanismos por los cuales los factores dietéticos promueven la resiliencia a la enfermedad, no se comprenden del todo, pero es probable que la microbiota intestinal desempeñe un papel importante a la hora de producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC).

Una dieta como la que aquí se propone puede alterar drásticamente la composición del microbioma, pues se ha comprobado que altera los niveles de las bacterias que promueven la salud y los metabolitos bacterianos que benefician a la microbiota, como son los AGCC. Los altos niveles de polifenoles o ácidos grasos poliinsaturados son buenos candidatos. En términos generales, el mayor bienestar se consigue con una ingesta frecuente de vegetales con un alto contenido de fibra, cereales, así como de alimentos fermentados y pescado.

El butirato de sodio mejora la cognición

Figura 5. Entiéndase aquí como cognición la habilidad mental de ambos cerebros para concentrarse en una o más tareas, para recordar sucesos, resolver problemas, intuir, imaginar, deducir, innovar, crear y razonar.

Con todo lo expuesto hasta aquí, la capacidad cognitiva de sus dos cerebros mejorará independientemente de cuál sea el método que elija usted para abastecerse de butirato (véase la figura 5). Desde luego, hay una cuarta manera de hacer las cosas para mejorar la creatividad, la memoria, la concentración, la lucidez mental y la capacidad cognitiva en general, que sería combinar los tres métodos que aquí se han presentado.

«Sabio es aquel que trata a sus microbios intestinales con delicadeza, pues ya le quedó claro que dos cabezas piensan más que una«… © Sergio López González. Fundación MicroMédix. 16 de septiembre de 2023


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REFERENCIAS

[1] Duggan William- Intuición estratégica. La chispa creativa en la realización humana. 2008. Grupo Editorial Norma
[2] Scott C. Anderson, John F. Cryan y Ted Dinan. La revolución psicobiótica. La nueva ciencia de la conexión entre el intestino y el cerebro. National Geographic. 2020, pág. 192
[3] Li X, Fan X, Yuan X, Pang L, Hu S, Wang Y, Huang X, Song X. The Role of Butyric Acid in Treatment Response in Drug-Naïve First Episode Schizophrenia. Front Psychiatry. 2021 Aug 23;12:724664.
[4] Kelly DL et al. Prebiotic Treatment Increases Serum Butyrate in People With Schizophrenia: Results of an Open-Label Inpatient Pilot Clinical Trial. J Clin Psychopharmacol. 2021 Mar-Apr 01;41(2):200-202.


Autor: micromedix

Sergio López González. Ing. en Informática Biomédica

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